Santa María del Campo a través de la fotografía

L.M. / Burgos
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El Ayuntamiento prepara una muestra para este verano que reflejará la evolución del municipio, sus vecinos y su patrimonio a través de un centenar de instantáneas que recopila desde hace varios meses

Multitudinaria romería de la Virgen de Escuderos, celebrada en septiembre de 1995, con devotos de numerosos pueblos de la comarca reunidos. - Foto: Patricia

Los años pasan para todo y para todos. Y si no que se lo digan a la alcaldesa de Santa María del Campo, María Jesús Lara, que está comprobando con sus propios ojos la transformación que ha sufrido su municipio en los últimas tiempos. Junto con el periodista e historiador Jorge Rubio pusieron en marcha a principios de 2024 una iniciativa para recopilar fotografías antiguas de la localidad que expondrán a partir de mediados de agosto (probablemente desde el domingo 11) en el Ayuntamiento.

«Queremos reconstruir nuestro pasado para que todo el mundo lo conozca», resume la regidora, que agradece el trabajo que está desarrollando Rubio desde hace meses. Con cerca de un centenar de instantáneas ya bajo su poder, gracias a la colaboración -entre otros- de Villafranca, los registros, la Guardia Civil, alguna subasta electrónica, colecciones particulares, el Archivo Provincial o el que atesora Diario de Burgos, esperan poder exponer entre 70 y 80. Las imágenes que preparan, y que irán perfectamente contextualizadas, permiten hacerse una idea del progreso que ha vivido Santa María en los últimos tiempos: en multitud de ellas aparecen las calles sin asfaltar, casas derruidas u oficios ya prácticamente desaparecidos. 

Organizar esta cita, que estará abierta en el Ayuntamiento durante todo el verano para los que deseen conocerla, les ha servido para darse cuenta de elementos arquitectónicos y/o patrimoniales que antaño fueron parte fundamental de la vida de los vecinos y que hoy están solo en el recuerdo de unos pocos privilegiados. Como muestra la cubierta que acompañaba a las tres puertas de acceso a la localidad, los arcos, y que hoy no cuentan con estos elementos. 

«Llama mucho la atención», asegura Lara. Esta es la instantánea más antigua que se podrá observar a partir de mediados de agosto, ya que data de 1898. Tampoco tienen constancia de la imponente fuente que se encontraba en una de las entradas al municipio, en la zona del cruce, y que hoy tampoco existe. 

«Yo no la recuerdo, pero mis padres sí. Debía de ser preciosa», indica Lara. Del mismo modo, tienen una fotografía de la escalinata de la iglesia pero sin barandilla, algo inconcebible hoy en día. Aunque el grueso de imágenes son muy antiguas, la muestra también recoge otras quizás algo más actuales pero que también han marcado un antes y un después en la historia del municipio.

Por ejemplo, la instalación del primer contenedor de basura (imagen que sostiene la alcaldesa María Jesús Lara en este reportaje cuando la recogió en la sede de Diario de Burgos), una vez constituida la Mancomunidad Campos de Muñó, y que causó una gran expectación entre los habitantes de la villa. «Nos vamos a dar este mes de plazo para seguir recabando más fotografías y luego ya prepararemos la exposición», admite.

De este modo, coincidiendo con el inicio de las fiestas patronales, quieren inaugurar la exhibición que cerrará a finales de verano. «Santa María no tiene nada que ver con lo que se muestra en las fotografías», reconoce su alcaldesa. La transformación no solo se circunscribe al aspecto del municipio, el de sus casas o calles, sino también al de sus vecinos. «La forma de vestir es totalmente diferente, nada que ver con la actual», admite.

Otro de los aspectos que más sorprende a la regidora es el envejecido aspecto que presenta la población, así como la enorme cantidad de gente que vivía allí. Cuentan también la fotografía del primer vehículo -una furgoneta- que circuló por sus calles. Incluso se podrá contemplar -porque ya no existe tras haberse quemado en un incendio- la tela del pendón de Santa María del Campo. Menos mal que las fotografías siempre estarán para que nada caiga en el olvido y, por ende, no desaparezca. La intención es poder enviar a las paredes de la biblioteca municipal parte de las fotografías seleccionadas.