Los más jóvenes de la capital ribereña carecían de un espacio de encuentro y diversión a su gusto, donde poder pasar las tardes noches de los fines de semana y la estampa de grupos deambulando por la calle o sentados en un banco de cualquier plaza era lo más habitual. Hasta que se abrieron las puertas del programa municipal de ocio joven en el edificio de Las Francesas del Ayuntamiento de Aranda. No es que vayan todos los arandinos que tienen entre 12 y 25 años, pero nada más abrir la puerta se ve que hay un gran ambiente (y eso que sólo se ve la primera sala).

Varias mesas, todas ellas ocupadas por grupos de amigos, con una consola al fondo, una máquina de dardos y un futbolín, que tiene su réplica en la siguiente sala. «Es que les gusta mucho, ahora estamos haciendo un campeonato y, mientras en este se hacen las partidas, en el otro entrenan», explica Miguel López, responsable de este programa que, junto con otros dos monitores (y algún refuerzo cuando hay eventos especiales), se encarga de la organización y el control de las actividades y de los participantes.

Lejos de lo que se pueda pensar de esta generación, no están todo el día con el móvil. Al menos, cuando llegan allí lo aparcan para participar en lo que les preparan. «Cuando hemos hecho algún concierto o la batalla de gallos, talleres de rap, patinaje o los campeonatos de futbolín es cuando más participan, y en las canchas de deporte de fuera siempre hay gente, incluso cuando llueve se ponen a jugar si hay competición, y muchos se quedan mirando desde la ventana», enumera López las actividades con más tirón.

Igual porque se estaba desarrollando un campeonato de futbolín, pero esa actividad es la que más nombraron los chavales. Gael Porras, Clara Pérez, Amara Ortega, Ainara Helguera o Irene Ayuso, de entre 13 y 17 años, todos nombraban el futbolín como lo que más les gustaba. Eso sí, en lo que todos coinciden es en asegurar que «es la única cosa que hay para jóvenes en Aranda y está bastante bien»,  «no te aburres, antes era todo igual, está bien que hagan cosas distintas», «puedes conocer más gente aquí, en la calle siempre te juntas son los mismos» frente al «nos íbamos a dar una vuelta, nos comprábamos algo y pasábamos frío en la plaza» que era lo que hacían antes.