La visita del líder a El Plantío logró hacer olvidar a más de 8.100 aficionados el terrible frío que iban a pasar en el campo. Y el juego tampoco fue un alivio, al menos en los primeros 45 minutos. Esos fieles disfrutaron más en la segunda parte y al menos pudieron ver en acción a los dos nuevos fichajes del club burgalés. 

David Goldar, que ya había debutado en Valencia contra el Levante, estrenó titularidad por la baja por sanción de Grego Sierra. Míchel Zabaco tuvo que celebrar su 34 cumpleaños en el banquillo.

Y Sergio Castel también saltó desde el inicio y disputó sus primeros minutos con la camiseta del Burgos. Fueron 55 hasta que entró Mourad por él. Poco se pudo ver del delantero madrileño. Está claro que es un 9 puro, referencia en el área, aunque no le llegó ningún balón para poder rematarlo. Atrás, Goldar se mostró firme, seguro y contundente e intentó, sin éxito, explotar una de sus mejores virtudes, las acciones a balón parado.

La noticia negativa estuvo en la ausencia de Curro. Un esguince de tobillo dejó al equipo sin su futbolista más talentoso, y bien que lo notó el equipo en la zona de creación. Lo intentaron Gaspar y Bermejo, también Mumo, pero son futbolistas de perfil diferente.

Fue un partido especial para dos integrantes de la plantilla, Julián Calero y el propio Miki Muñoz. Ambos cumplieron 100 partidos en el club burgalés -entre Liga, Copa y play off-. Los dos han vivido ya de todo, pero sobre todo aquel inolvidable ascenso a Segunda División en Almendralejo.

Lo peor del partido, sin duda, el árbitro, totalmente superado, sin criterio a la hora de señalar las faltas e incapaz de dejar que el encuentro tuviese un ritmo, con continuas interrupciones.