Un oasis cargado de acentos de ultramar

I.M.L / Aranda de Duero
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El Escenario Charco - Diario de Burgos regala mañanas repletas de música con un total de 23 conciertos de 6 países, sombra, el frescor de la ribera del río y una amplia oferta gastronómica

El escenario Charco-Diario de Burgos acogerá conciertos de Sonorama Ribera desde hoy jueves hasta el domingo. - Foto: Alberto Rodrigo

En la vorágine musical que supone Sonorama Ribera, existe un remanso de paz en el que no deja de sonar la música. Es el Escenario Charco - Diario de Burgos, que lleva siete años haciendo las delicias de los festivaleros que buscan diversión pero sin la masificación de la plaza del Trigo. Allí, en el parque de la Isla, encuentran una variada oferta de música con tintes y raíces latinoamericanas. «La particularidad que tiene este escenario es que la programación es toda de música latinoamericana y española, es sobre todo la integración entre las dos escenas», resume la filosofía de este lugar de encuentro multicultural Miguel Ángel García Garrido, director de Charco, en el que, este año, actuarán 23 artistas desde hoy y hasta el domingo, de seis países diferentes (Argentina, Colombia, Paraguay, Chile, México y España). 

Puede que algunos de los nombres del cartel del Escenario Charco no les suenen, pero por él han pasado en sus siete ediciones anteriores algunos que ahora son grandes estrellas. «Durante estos años siempre hemos estado un poquito por delante de que ocurran las cosas y hemos tenido artistas muy muy conocidos antes de que sean conocidos, por ejemplo, tuvimos a Nathy Peluso, Él mató a un policía motorizado, a Javiera Mena, es un escenario donde se pueden descubrir futuros nuevos éxitos», avisa Miguel Ángel García.

Entre la variedad de esta año destacan grupos como Las Ligas Menores y Chocolate Remix (Argentina), El Langui (España), Vanessa Zamora (México), Pernett (Colombia) o El Culto Casero (Paraguay, país que se estrena en este escenario). «Siempre empezamos con las bandas más tranquilitas y terminamos con más música de baile, pasando por música desde el hall, el rock, un poquito más urbano y terminamos más electrónicos», cuenta García los ritmos que van llenando este espacio, donde la música no para de sonar, porque entre concierto y concierto hay Djs.

Además de la oferta musical, el lugar no puede ser mejor para una mañana festivalera. «Está al lado del río, en el parque de la Isla y siempre hay muy buen ambiente», anima García a los que no lo conozcan aún. Allí se puede optar por bailar o descansar a la sombra escuchando los temas, o acercarse a la zona de barras donde, además de refrescarse, podrán degustar una amplia oferta de productos de la región, todos con el sello de calidad de Tierra de Sabor, para poder mezclar sabores castellanos con ritmos latinos.