Si preguntan en Burgos por la figura de El Cid, la inmensa mayoría le reconocerá como historia sagrada de la tierra. Si preguntan en el resto de España, serán muchos los que conozcan de su leyenda. Pero si salimos de España, quienes sepan de quién hablamos les dirán que se trata de Charlton Heston, que dicho sea de paso debía parecerse al noble caballero tanto como un huevo a una castaña.
El hombre que más ha hecho jamás por difundir el semblante de Rodrigo Díaz de Vivar fue un americano abducido por las históricas épicas que en los albores de los 60 se trajo a la familia a España para rodar El Cid, obra para la que contó con lo más granado del séptimo arte. Se trata del productor Samuel Bronston, que para la ocasión puso tras la cámara a Anthony Mann y delante de ella a Heston, Sofia Loren (en el papel de Jimena) y Raf Vallone como el Conde Ordóñez, y a miles de extras que contrató para materializar escenas captadas por media España que pararon en Burgos lo justo, al menos para ser la cuna del honrado.
Ayer el honrado fue Bronston. Vivar del Cid, que viene celebrando un fin de semana cidiano desde 1997 que va ganado fuerza y calidad, entregó a Andrea Bronston, hija del productor, la Tizona 2012 en agradecimiento al impagable trabajo de su padre por globalizar la existencia del héroe castellano.
Andrea, que en los círculos rosas fue muy conocida por haber sido (ha llovido) pareja de Camilo Sesto, es una renacentista en toda regla. Canta, baila, es políglota, actriz y actriz de doblaje, locutora... «Hago lo que me dejan, la verdad. Soy la única de la familia que es actriz, aunque tengo un hermano productor y otro guionista», bromeó. Además de todo eso, es una persona extraordinariamente amable y educada, quizás por eso se nota más cuando tiene cerca a alguien que carece de esas virtudes...
Pero lo suyo era lo suyo. Recibió la Tizona «emocionada y honrada» y con la certeza de que «a mi padre le encantaría estar aquí». Además, no daba la impresión de mentir cuando dijo que, de la excelsa e imponente filmografía de su padre, El Cid «es la que más me gusta». Quizás porque para Andrea marcó un cambio importante en su vida, «ya que nos vinimos a vivir a España». «Yo llevo aquí desde los dos años (que es la edad que tenía cuando se estrenó El Cid, en 1961), así que soy más española que el jamón serrano», advirtió. Por cierto, de que así lo siente dejó constancia en el libro de honor de Vivar, donde acompañó sus palabras de agradecimiento con una apostilla en estos términos: «¡¡¡Viva La Roja!!! (Día de la final de la Eurocopa)».
¿Un remake?
A pesar de que aquella película cambió para siempre el destino de Andrea (se quedó en España y reside en Madrid), su conocimiento de la provincia de Burgos era muy escaso, hasta que ayer, gracias a la iniciativa del pueblo, pudo llevarse «una maravillosa impresión de la gente y de la preciosa provincia».
Tampoco es ajena al debate que se suscitó el año pasado con motivo de la conmemoración del medio siglo de la película. Una de las iniciativas fue abrir una votación virtual para elegir a los actores que habrían de encarnar a El Cid y a Doña Jimena. Ella también se ‘moja’: «Para El Cid me gusta un actor inglés alto y guapo pero no recuerdo ahora su nombre (se refería a Clive Owen, tal y como ha hecho saber en ocasiones anteriores), y para Jimena ganó Pilar López de Ayala y me parece muy bien». Diplomática.
Eso sí, hizo patria defendiendo a padre con una verdad imposible de rebatir. Porque «no es lo mismo» rodar ahora un remake del film de Bronston que hacerlo hace medio siglo. «Hoy, con la tecnología actual, puede meter 20.000 extras pero son todos virtuales. Antes si tenías 7.000, eran 7.000 personas que caminaban con El Cid». Visto lo visto ayer, si hay que volver al trabajo artesano, voluntarios no iban a faltar. Y de Jimena queremos a Andrea Bronston.