Mario Iceta Gavicagogeascoa (Guernica, 1965) se puso al frente de la diócesis burgalesa a finales del año pasado, cuando el proyecto de conmemoración del VIII Centenario de la colocación de la primera piedra de la Catedral llevaba años de rodaje, de la mano de su antecesor en el cargo, Fidel Herráez. En esta entrevista, Iceta hace balance de su impresión sobre el proyecto al llegar a Burgos, de todo lo realizado y de lo que todavía puede deparar el 2022, cuando habrá prórroga de la celebración; entre otras cosas, para tratar de paliar el impacto de la pandemia.
Con la misma calma con la que expone su voluntad de popularizar más los actos lúdicos, Iceta habla sobre las puertas de bronce que el pintor y escultor Antonio López diseñó para el emblema artístico y cultural de la capital, así como de la oposición que han generado los bocetos, sin ocultar que a él le gustaría ver la obra de López en el exterior y que confía en que el tiempo «pondrá las cosas en su sitio».
¿Qué objetivos tenía cuando, como arzobispo, asumió la presidencia de la Fundación VIIICentenario?
El proyecto llevaba cuatro años funcionando, así que yo me sumaba a un tren en marcha y a un proyecto consolidado. Por mi parte, traté de impulsar lo que ya estaba [programado], con tantas actividades en marcha, y hacer alguna sugerencia.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, el alargar el Año Jubilar, al menos hasta Pentecostés del 2022 [domingo 5 de junio] y también las actividades de la Fundación durante todo el próximo año. Asimismo, propuse programar actividades que puedan sumar más público, más populares, y que las actividades, además de en la Catedral, donde hay muchas, puedan extenderse a los diversos barrios de Burgos. También me gustaría prever para el 2022 una agenda social de ayuda a las capas más desfavorecidas.
¿Esta agenda social estaría incluida dentro de la programación del VIII Centenario?
Sí, queremos que forme parte del VIII Centenario.
¿En qué consistirá esta agenda, ya la tienen definida?
Estamos trabajando en ello, en cómo poder ayudar a través de proyectos de Cáritas, de personas en riesgo de exclusión social, de mujeres en dificultad... Estamos pensando también en hacer algún capítulo de esa labor social.
Su objetivo es que el VIII Centenario no sean solo fastos, entonces.
Efectivamente. Se trata de que sea un momento de alegría y júbilo para todos, también para los más desfavorecidos.
¿Qué cree que está suponiendo para Burgos el proyecto en general?
En su conjunto, es una gran proyección, nacional e internacional. Burgos está sonando en muchísimos ámbitos; a nivel cultural, por ejemplo, por la excelencia del programa a nivel musical, de pintura, de escultura, de literatura... Está teniendo un gran eco a nivel cultural, más allá de nuestras fronteras. A nivel de pensamiento, con los ‘Diálogos en la Catedral’, el ‘Foro para la Concordia’;las investigaciones y restauraciones... La del trasaltar, por ejemplo, es un hito sobre cómo poder restaurar piedra muy deteriorada por el agua y la cal... El proyecto es una atracción turística de primer orden, con todo lo que eso supone para la economía, no solo de la ciudad, sino también de la provincia y de la región. Ha dado dinamismo a sectores tan castigados como la hostelería. Y eso sin añadir todo lo que supone el Año Jubilar de estímulo para la fe, para la evangelización, para la presencia de la Iglesia en el mundo, la Asamblea diocesana... La repercusión está siendo enorme y en muchísimos ámbitos distintos.
¿Cómo se puede prolongar ese estímulo económico y social a gran escala a partir del 2023, una vez que el proyecto del VIII Centenario se dé por finalizado?
Habrá elementos que continuarán. Por ejemplo, el proyecto de la iluminación nocturna y la visita nocturna a la Catedral. Eso hará que las personas puedan quedarse para disfrutar del templo de noche. Va a ser un proyecto fabuloso, que permite verlo de otra manera. La restauración íntegra de la Catedral, que seguirá adelante cuando terminen las celebraciones. Y luego todos los elementos de acogida de los peregrinos, todos los elementos litúrgicos y de presencia de toda la diócesis; los arziprestazgos que han venido en peregrinación a la Catedral... Todo ello quedará a posteriori, junto con las puertas de Antonio López.
Estará cansado de hablar del tema de las puertas de bronce, pero, ¿qué novedades hay al respecto?
Las puertas son una contribución muy importante de Antonio López, aunque en este momento no esté decidida su ubicación. Estamos a la espera de madurar el proyecto, de acoger las indicaciones que ICOMOS nos ha transmitido, pero, ciertamente, una obra de esta categoría y con la importancia de este autor, será muy importante para la ciudad de Burgos. Estamos a la espera de que sea la autoridad competente la que dictamine el modo de proceder y los distintos lugares en los que pueden estar expuestas. Donde Patrimonio [de la Junta] estime oportuno, se colocarán.
¿No ha contestado todavía?
No, Patrimonio no ha dicho nada, está a la espera de ver... Es decir, se ha hablado de las puertas en base a un proyecto que no está cuajado, son unos bocetos que, seguramente, ahora son muy distintos de lo que luego será la obra final.
¿A usted le gustaría que pudieran colocarse en el exterior?
Están hechas para el exterior. A mí me parece que no rompen el lenguaje teológico de lo que es la fachada y pienso que tienen mucho más valor, en todos los sentidos, que lo que hay actualmente, por la talla de Antonio López. La Catedral ha ido integrando e incorporando los diversos estilos y corrientes durante 800 años y, por lo tanto, que integre y asuma estilos del siglo XXI va en el dinamismo de la propia Catedral. Es una integración más.
¿Esperaba tal campaña de oposición a la obra de López?
Bien, cuando se toman decisiones y hay algo novedoso, siempre hay personas a favor y en contra. Cuando se puso la Escalera Dorada hubo un grandísimo revuelo y gente que se opuso; cuando se construyó la Torre Eiffel en Francia la oposición fue tremenda y hoy es el tercer monumento más visitado del mundo. Por lo tanto, con las innovaciones y aportaciones nuevas va el que haya personas que opinen y piensen de otra manera.
Usted ha reiterado que no se instalarán en el exterior si no hay acuerdo y consenso entre las partes, ¿qué argumentaría para llegar a un punto de encuentro con quienes lo rechazan?
Pues que la Catedral no es un edificio fósil, sino que es un edificio vivo, que ha incorporado distintas corrientes artísticas. Las puertas que hay actualmente son meramente funcionales, su único valor es su edad, y las puertas que se han diseñado son de un valor artístico superior. No alteran la lectura teológica de la portada y vienen a enriquecerla. Pero, como muchas veces digo, las puertas no deben de ser un punto de desencuentro, sino que este aniversario debemos festejarlo entre todos. También digo que la sociedad mide los tiempos de un modo muy corto y la clase política, de cuatro en cuatro años. Pero los tiempos de la iglesia son la eternidad, ahí están los 800 años de la Catedral, y si las autoridades no estiman oportuno que estén en su sitio, les encontraremos otra ubicación digna y será un patrimonio que enriquecerá a Burgos. Pero estoy seguro de que el tiempo pondrá las cosas en su sitio.
Con respecto al proyecto de la iluminación del que hablaba, ¿ha habido respuesta de Patrimonio?
El de la iluminación exterior está presentado y aprobado y luego está el interior, el proyecto Estela, que lo hemos presentado y esperamos que no tenga mayor dificultad. Lo ejecutará una empresa que ya hizo algo similar en la Catedral de Córdoba, por lo que tiene experiencia, y luego será la Fundación Endesa la que sufrague los gastos de instalación en su totalidad.
Tenemos la idea de que la Catedral se vende sola, pero ¿cree que todavía hay elementos o espacios del templo a los que podría sacársele más partido?
Para mí, Burgos en general ha sido un descubrimiento. Habiendo pasado junto a la ciudad al menos dos veces al mes durante muchos años, habiendo sido vecino a hora y media de coche, he descubierto un Burgos desconocido y pienso que es muy importante impulsarlo, darlo a conocer en el resto de España y en el mundo. Tiene elementos artísticos, de inmuebles, de cultura, de naturaleza, de lugares patrimonio de la humanidad inconmensurables y creo que necesita una promoción mucho más vigorosa de tantos elementos de los que los burgaleses podemos estar muy orgullosos.
¿Qué fue lo que más le sorprendió al instalarse en la capital?
El casco antiguo. Me parece precioso; el Museo de la Evolución Humana, las iglesias son fabulosas, el Hospital del Rey me parece impresionante, además del Monasterio de las Huelgas, la Cartuja, los paseos y zonas verdes... Me llamó la atención la potencia industrial que tiene Burgos, 28% de la industria de Castilla y León, el nudo de comunicaciones formidable... Es decir, Burgos tiene elementos que hacen que sea muy interesante, una ciudad de referencia en muchos ámbitos, no solo es la Catedral. Pero hay que impulsar ese dar a conocer a Burgos en tantas maravillas que pasan desapercibidas.
Los años centrales de la conmemoración del VIII Centenario han coincidido con la pandemia, ¿de qué manera ha repercutido o cortado las alas al proyecto?
Pues sí, muchas actividades han sido mucho más limitadas en aforo, en tiempo disponible... Se han visto recortadas en muchas dimensiones y por eso hemos pensado en prolongar el tiempo:aquello que no hemos podido hacer por la pandemia, que lo podamos desarrollar en esta prórroga, que a nivel de Jubileo será hasta junio y a nivel de actividades del VIIICentenario será hasta finales de 2022. Y, además, se va a unir al VIIICentenario del fallecimiento de Santo Domingo de Guzmán. Se solapan, por lo que este año pondremos más énfasis en la Catedral y el año que viene continuaremos con este burgalés universal.
Hablaba de su interés por que el VIII Centenario llegue a las personas con menos recursos, pero, en general, ¿cómo le gustaría cerrar la conmemoración de la efeméride?
Me gustaría que hubiera sido una ocasión de celebración, estímulo y esperanza para todos, en este tiempo tan duro de crisis económica, social y sanitaria. Que la clausura del Año Jubilar sea el comienzo de la etapa post pandemia y normalidad a secas, que podamos salir reforzados y jubilosos para impulsar todos los sectores que configuran la vida personal y social y que la Catedral haya sido un elemento dinamizador e impulsor de esta recuperación y normalidad a secas y con mayúsculas.