Los grandes tesoros de la Corona ya pueden disfrutarse de forma unitaria en un magnífico espacio de más de 40.000 metros cuadrados junto al Palacio Real. Después de un cuarto de siglo de mucho trabajo no exento de controversia respecto al lugar elegido y a las piezas que albergaría, se materializa el museo de las Colecciones Reales, un gran centro cultural y artístico en el corazón de Madrid que alberga las principales piezas de Patrimonio Nacional, organismo público responsable de los bienes de titularidad del Estado vinculados a la Monarquía. En la actualidad, esta institución gestiona más de 170.000 obras de arte.
El nuevo espacio, que es el primer museo de estas dimensiones que se abre en Europa y que será inaugurado oficialmente el próximo 25 de julio por los Reyes Felipe VI y Doña Letizia, abarca más de cinco siglos de Historia de España a través de lo que coleccionaron sus Soberanos, desde obras de arte y armaduras a carrozas y cuberterías, además de mobiliario. En total pueden contemplarse 650 piezas, de las cuales un tercio irá rotando y renovándose periódicamente.
Precisamente, la idea de las Colecciones Reales es la de posibilitar y unificar a través de un discurso coherente y cronológico las heterogéneas obras que alberga.
El primer museo Real - Foto: Juan Carlos HidalgoSin embargo, uno de los retos a los que se enfrentó Patrimonío Nacional para dotar a la Galería de las piezas que hoy acoge fue la de intentar no vaciar los otros Sitios Reales, muchos de ellos auténticos reclamos turísticos. Se trataba en definitiva de un complicado equilibrio y de un desafío cultural.
Al final, el organismo optó por seleccionar 650 piezas procedentes en su mayoría del Palacio Real, el Monasterio de San Lorenzo del Escorial o el convento de las Descalzas Reales.
«Es una excelente oportunidad de mostrar lo que es el coleccionismo de los Reyes de España a través de un recorrido que permite ver lo que cada Monarca seleccionó, así como contemplar cómo fueron cambiando los gustos y los temas, lo que da una idea muy completa y global de lo que fue la evolución en el arte español», destaca la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva.
El primer museo Real - Foto: Juan Carlos HidalgoLa perspectiva elegida es la de mostrar desde una óptica temporal el desarrollo y la evolución de la Corona española desde la época de los Trastámara, haciendo hincapié en los Reyes Católicos y Juana I de Castilla, pasando luego por los Austrias y siguiendo por los Borbones. El recorrido concluye con Isabel II y Alfonso XIII, que fue el último monarca que disfrutó de las estancias reales de la capital.
Austrias y Borbones
La Galería de las Colecciones Reales consta de tres grandes espacios de 1.600 metros cuadrados de superficie con alturas variables que van desde los ocho metros hasta los cinco. Dos de las salas acogen muestras permanentes, una dedicada a los Austrias y otra a los Borbones, y una tercera exhibe piezas temporales.
Con la excepción cronológica del tesoro de Guarrazar, una corona y una cruz del siglo VII que dan la bienvenida al visitante, el recorrido temporal comienza con los Reyes Católicos y sus obras de arte, como el Políptico de Isabel la Católica (siglo XV) y un conjunto de pequeños óleos que han tenido una extraordinaria restauración, además de la armadura de Mühlberg de Carlos V.
En esta planta pueden verse también el famoso tapiz Hércules sostiene la esfera celeste, el enigmático cuadro de Velázquez Caballo blanco -en el que no hay jinete-, una primera edición del Quijote, la pintura de Salomé de Caravaggio o la carroza negra, que perteneció a la Reina Mariana de Austria.
Frente a la sobriedad de la sala de los Austrias, el esplendor de la Corte, el lujo y la exquisitez llega a la de los Borbones que comienza con Felipe V, quien a su llegada a España encontró un conjunto de palacios que adoptó al gusto francés e inició la construcción del Palacio Real de Madrid para sustituir al viejo Alcázar destruido por un incendio.
Una sala que atesora, entre muchos otros objetos, la dorada silla de manos de la Reina Bárbara de Braganza, que utilizaba para desplazarse dentro de los Reales Sitios, la capa azul de Carlos III, varios tapices y cuadros de Goya, pero también vajillas, abanicos o el coche de la Corona Real, un lujoso carruaje realizado en el reinado de Fernando VII.
Todo un lujo cortesano que ahora se encuentra unificado y al alcance de todos gracias a uno de los mejores museos del país, las Colecciones Reales.