La proliferación de grúas en la estampa urbana de Aranda en los últimos años, y los consiguientes nuevos bloques de pisos, junto con las barriadas de casas unifamiliares en el sector Centro Cívico sobre todo, no ha tenido una repercusión en el sector inmobiliario en los últimos meses. Según los datos del segundo trimestre del 2023, los últimos publicados por el Ministerio de Vivienda, el número de transacciones inmobiliarias en Aranda asciende a un total de 120, lo que supone un 14.89% menos que en el ecuador del año pasado. Una tendencia a la baja que tiene su reflejo, más agudizado aún en el balance interanual, ya que entre los meses de junio de 2022 y 2023 se compraron 209 viviendas, frente a las 282 de los doce meses anteriores, hasta junio de 2021, lo que supone una reducción de estas compra ventas inmobiliarias del 26%.
La buena marcha del mercado de compra venta de viviendas en ejercicios anteriores, que en 2019 alcanzó las buenas cifras de 2008 con 537 pisos vendidos, está lastrando al sector en los últimos años. Las adquisiciones de obra nueva son casi testimoniales, con sólo seis vendidas en la primera mitad del año, frente a las 114 de segunda mano que cambiaron de dueños entre enero y junio. Las nuevas promociones de vivienda ya salieron del mercado hace un par de años y, ahora, el sector responde a la demanda de pisos más económicos. «El mercado de vivienda nueva está bloqueado porque hay mucha vivienda de protección oficial y cooperativas», explica Juan Carlos Ubis, de la inmobiliaria que lleva su apellido, ante la certificación de las cifras oficiales.
Ante esta situación, las operaciones más habituales siguen un patrón muy marcado. «En el ámbito local, lo que se vende son los pisos de 40.000 o 50.000 euros, para hacerles una pequeña reforma, o pisos con algo especial como terraza o más habitaciones», comenta Mamen Matesanz, de Inmoba Aranda, que lleva tiempo notando una tendencia entre los compradores. «Los pequeños ahorradores o los que quieren invertir, en vez de tener el dinero en el banco que no les produce, nos están pidiendo pisos para después alquilarlos», reconoce Matesanz.
La escasez de la oferta no tiene su reflejo en los precios de la vivienda. Según los registros que maneja el Ministerio de Vivienda, en septiembre el metro cuadrado valía en Aranda 1.109 euros, un 5,4% menos que en el trimestre anterior y un 47% menos desde el máximo alcanzado a finales de 2007, que llegó a los 2.086 euros el metro cuadrado. El incremento del precio de los pisos en la capital ribereña se achaca, principalmente, a la poca oferta entre la que elegir los potenciales compradores. «Hay escasez de vivienda, y lo que ya más es de segunda mano, vieja, pisos sin ascensor, para reformar... por lo que los mejores pisos, que son pocos, son más caros casi que la vivienda de obra nueva, que tampoco hay; es la pescadilla que se muerde la cola», apunta Carmen Cob, de Alfa Aranda, que reconoce que «la escasez de vivienda hace que se venda todo o casi todo».