Anda que no ha habido tiempo para ejecutar las obras de reparación de las goteras de la estación Rosa Manzano que éstas van a coincidir, muy posiblemente, con llegada del primer AVE a Burgos. De cumplirse la palabra de la ministra -dada la semana pasada- de que la inauguración del tramo Venta de Baños-Burgos tendrá lugar «antes de un mes», el acto -al que se prevé que acuda el Rey Felipe VI- se podría ver empañado por la presencia de andamios gigantescos en la terminal de ferrocarril del barrio de Villímar. Lo que no parece es que los trabajos vayan a concluir antes del mes de julio, porque las tareas acaban casi de comenzar y el plazo para su finalización era de dos meses cuando se adjudicaron. Aunque es posible que los andamios instalados se retiren para tal evento.
La historia de estas goteras y el retraso de su reparación es también para que el Ministerio -antes de Fomento y ahora de Transportes- se lo haga ver. En los últimos años, cada vez que llueve de forma copiosa en la capital el vestíbulo de la estación muestra una imagen lamentable al viajero, con el suelo repleto de cubos para contener el agua que cae desde la cubierta.
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