El 'efecto' Sonorama Ribera crece año tras año. Cuando todavía faltan ocho meses para que el festival celebre su edición número 27, del 7 al 11 de agosto de 2024, la mayoría de los hoteles de Aranda de Duero ya están completos. Según confirman en numerosos alojamientos, colgaron el cartel de lleno el pasado agosto. Al parecer, cada vez son más los clientes que reservan su habitación de un año para otro «nada más que entran por la puerta». Vamos, que no pierden ni un segundo. «Según entran, no según salen», matizan desde el Hotel V Ciudad, lleno al 100%. En su caso, guardan un porcentaje elevado de habitaciones para la propia organización de Sonorama y el resto «es clientela fija, la misma gente de todos los veranos». A su juicio, «que repitan es una buena señal».
En esta misma línea se pronuncian desde el Hotel Alisi, también completo y también con clientes de «muchos años» que reservan «en cuanto llegan» a Aranda para asegurarse su alojamiento el verano siguiente. Y eso que el cartel no se suele dar a conocer hasta finales de noviembre y que las entradas no se han puesto a la venta hasta hace apenas unos días. Pero lo cierto es que Sonorama Ribera atrae cada vez a más público -en 2023 acabó con 150.000 asistentes- y la oferta hotelera en la capital ribereña es limitada. Desde el Hotel Alisi subrayan que este tirón «es positivo» e indican que las 37 habitaciones de las que disponen «no duran nada». Después, cuando salen a la venta los primeros bonos, viven una especie de «avalancha» con numerosas llamadas telefónicas de festivaleros que preguntan por disponibilidad y precios.
En Hotel Tudanca la estampa se repite. Su director, Ignacio García, constata que «todos los años, en cuanto acaba Sonorama Ribera, se llena el hotel». Una parte con sus clientes y otra con la organización. En total, 74 habitaciones que ya han 'volado' para 2024. «Vienen de todos los sitios de España, muchos de Cantabria y Madrid», detalla, al tiempo que remarca que el festival actúa como un importante revulsivo económico. «Te olvidas de unas fechas y te dedicas a otras, ya que el resto del año es muy largo. Y eso que en Aranda hay bastantes eventos», añade García. También en el Hotel V Ciudad destacan el impacto económico que genera Sonorama y aseguran que «repercute en casi todos los ámbitos de Aranda y alrededores». En esta línea, afirman que los festivaleros «son gente que consume bastante y cuida bien el lugar y las instalaciones».
Esta misma tónica se registra en el Hotel Montermoso, con 50 habitaciones llenas «de un año para otro» entre la organización y «los clientes de toda la vida». Mientras, en el Hotel Julia no comenzarán las reservas hasta finales de enero. Eso sí, saben que «suelen volar» y, de hecho, equiparan esta especie de fiebre a la que causan los Rolling Stones allá donde actúan. Hasta ahora, han recibido «muchas llamadas, desde una semana después de que acabe Sonorama». El teléfono tampoco para de sonar en el Villa de Aranda y en el Hotel Aranda, donde abrirán las reservas el 1 de marzo, como hacen todos los años.
¿Y los apartamentos? Por su parte, Ana Belén Velasco, secretaria general de Acriduero, confirma que los apartamentos turísticos que gestiona en Aranda ya están reservados para el mismo grupo de otros veranos. En cuanto a las casas rurales, Velasco explica que los festivaleros «buscan alojamiento primero en la ciudad y si ven que no les queda más remedio que irse a un pueblo, lo acaban haciendo».