Hace casi medio año de aquella Nochebuena de pesadilla que vivieron Mhamed, Najat y sus tres pequeños con el incendio de su nueva vivienda en Villanueva de Odra. El sueño de un hogar ardía. «Por fin teníamos nuestra casa y la hemos perdido», decían días después desde Barrios de Villadiego, donde tenían su residencia y donde aún permanecen. Ahora reconocen que el susto ya ha pasado y tratan de mirar al futuro con optimismo, pese a que la catástrofe resulta imposible de olvidar. Su objetivo pasa por regresar a Villanueva y reconstruir, en la medida que puedan, el inmueble que compraron. «Los vecinos de allí nos animan mucho y por eso también queremos volver», comentan.
Esta familia lleva cinco años viviendo en esta pedanía de Villadiego, donde Mhamed trabaja como ganadero. Sin embargo, tanto para Najat como para sus tres pequeños se ha quedado un poco pequeña puesto que exponen que allí únicamente hay un par de casas más abiertas más durante todo el año. «Y durante el verano esto tampoco se llena como otros pueblos», afirman. De ahí que al llegar a Villanueva de Odra, otra pedanía de Villadiego, con 65 empadronados, encontraran más personas con las que poder hablar durante el día y más niños -especialmente los fines de semana- para que jugaran sus pequeños. Fueron recibidos con los brazos abiertos, ya que para los vecinos suponía una verdadera alegría recibir a nuevos habitantes, y desean que vuelvan para que disfruten por fin del pueblo.
Lo que tienen claro es que no se quieren mover del medio rural, ya que les encanta el día a día y las grandes posibilidades que ofrece. Mhamed Rekkaz explica que el seguro solo cubre una parte de lo dañado por el incendio, «no llega ni a la mitad», pero prefiere levantar una parte de su antigua casa antes que marcharse a un piso. Ahora, lo primero, debe desescombrar los restos que quedaron de la vivienda de Villanueva, para lo que ya se han puesto manos a la obra para solicitar una intervención. Confía en que sus niños crezcan allí, ya que considera que se trata de un lugar donde pueden aprovechar la libertad que da el pueblo y también tenerles suficientemente vigilados, «no como en los sitios más grandes o en las ciudades».
Mhamed trabaja actualmente en una granja de vacas de Barrios de Villadiego y confiesa ser un verdadero apasionado del campo. «Menos mal que estos días ha llovido un poco, porque estaba todo muy mal», comenta con respecto a ese tema. Junto a su casa también ha puesto en un corral a unas cuantas gallinas. Mientras, Najat se entretiene como puede con algún viaje en bicicleta hasta Villadiego -a 8 kilómetros- y también en la huerta, donde no faltan unas preciosas rosas ni un montón de flores aromáticas que ella se encarga de cuidar.
La familia apenas pudo disfrutar de la nueva vivienda que habían comprado. Su hija mayor, de 12 años, vio las primeras chispas y ya nada se pudo hacer para salvar el inmueble pero ellos sí consiguieron salir a tiempo. El mismo día del incendio estrenaban la casa que habían adquirido con sus ahorros después de mucho trabajo y esfuerzo, pero al calentar la gloria su ilusionante proyecto quedaba destrozado. Los vecinos les ayudaron desde el primer momento a sacar, como pudieron, sus diferentes objetos personales y su ropa. Desde entonces han sentido su apoyo.
El propio Ayuntamiento de Villadiego también ha querido echar una mano a esta familia y por ello se les ha entregado los 600 euros recaudados con la venta de las entradas del XXVIII Certamen Internacional de Jóvenes Cantautores de la Diputación de Burgos, que se celebró el pasado 1 de abril. Un granito de arena más para que Mhamed, Najat y sus tres pequeños consigan recuperar muy pronto la sonrisa y tener el hogar que siempre soñaron.