El Granero de San Francisco mejora sus cifras de visitantes. Tras un verano intenso, este rincón de Santa Gadea del Cid, relacionado con el Monasterio del Espino, crece gracias a la recuperación de un lugar histórico y el cultivo de la lavanda. Koldo Madariaga, promotor del espacio, reconoce que este año se han acercado a los 4.000 turistas y lo han hecho, entre otras cosas, gracias a la visita combinada estrenada este año con el Valle Salado de Añana, gracias a la que de manera directa han atraído a 300 personas. En especial, destaca la presencia de vecinos del País Vasco, que han representado un 70%. Hasta el total, Madariaga menciona a la provincia, aunque también han llegado de puntos como Galicia o Cataluña, «y también del extranjero».
«El proyecto cada año mejora y evoluciona gracias al boca a boca y las redes sociales», explica Madariaga, quien reconoce que «este año se ha notado un empujón». De cara al próximo verano, quieren repetir la visita combinada con el Valle Salado, pero estudian otras relaciones, «con puntos próximos como Oña, Frías o Quintana Martín Galíndez y su barco en el embalse de Sobrón», apunta el responsable, quien ensalza que «tenemos que ser capaces de generar sinergias para sumar entre todos».
De esta manera, en un entorno competitivo como el del turismo rural, esperan ganar cuota, «porque al final cuando tienes un sitio en el que solo tienes una cosa que ver, parece que cuesta encontrar el momento», analiza. En su caso sucede un poco eso, aunque Madariaga entiende que deben ofrecer más. Por eso, tratan de sumar oferta cultural en verano, pero también mencionan el desarrollo de Santa Gadea del Cid, el pueblo en el que se ubican y del que nunca olvidan su potencial.
Otra pata para la viabilidad del Granero de San Francisco está en la parte del cultivo de la lavanda. Tras un primer empujón, la superficie cultivada se ha quedado en las 30 hectáreas. En términos, «ha caído por los suelos el precio de su aceite», afirma Madariaga, quien considera que «el interés que ha despertado esta planta compensa un poco su desarrollo en este medio rural», afirma. Lo dice sin olvidar que la respuesta de los agricultores debe estar presente para la conservación del proyecto.