La vida sigue igual para el Burgos CF. Los blanquinegros se mantienen al acecho de los puestos de play off, aunque ayer se dieron varios resultados que le obligan a sumar si quiere que sus opciones no disminuyan. El equipo castellano tiene una nueva oportunidad esta tarde enLa Romareda -18,30 horas- de reivindicarse y a la vez un nuevo examen para demostrar que puede ser competitivo lejos de El Plantío.

Una victoria supondría un paso adelante en esa lucha por lograr uno de los seis primeros lugares de la tabla, una inyección de confianza que añadiría pimienta a las últimas cuatro jornadas de la competición liguera.

Enfrente estará unReal Zaragoza que arrancó con fuerza la competición y fue líder en las primeras jornadas, pero que fue decayendo y ahora solo quiere acabar la temporada lo más dignamente posible y asegurar la salvación, que aún está en el aire con los 46 puntos que reflejan su casillero.

El banquillo maño es una trituradora de entrenadores y los mandatarios han tenido que echar mano de una de sus vacas sagradas, Víctor Fernández, para poner paz y reconducir el rumbo. Francisco Escribá y Julio Velázquez se han quedado por el camino.

El Burgos visitará a un conjunto aragonés que se encuentra en buena dinámica. No ha perdido en los tres últimos partidos, venció en su último encuentro en casa contra el Huesca y viene de sacar un meritorio punto en el feudo del líder, el Leganés.

Asegura Jon Pérez Bolo, entrenador del Burgos, que deberán hilar fino si quieren regresar con los puntos. Lo primero es revertir las sensaciones que ha dado el equipo en sus últimas salidas. Perdió por goleada en Huesca, regaló el primer tiempo en Villarreal y encajó dos goles consecutivos en los que no estuvo fino enAnduva contra el Mirandés.

(Toda la información deportiva, en la edición dominical impresa o aquí)