Tras las yeguas, el buitre Rogelio

P.C.P.
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Alguno de los montañeros y bomberos que liberaron a los caballos de Valdeporres y vecinos de la Sierra de la Demanda ayudan a Grefa a llevar comida al punto de alimentación de Huerta de Arriba

Los voluntarios trabajaron en una gran pendiente. - Foto: Grefa

Rogelio fue una pieza fundamental del Proyecto Monachus en sus inicios en Burgos. No es cuestión de abandonarle a su suerte ahora, todo por medio metro de nieve en medio kilómetro con pendiente cercana al 20 por ciento de desnivel y temperaturas de 10 grados bajo cero.

Así de cuesta arriba pintaba la labor para Iván Peragón y Lorena Juste, de la ONG conservacionista Grefa, que desarrolla desde 2017 el proyecto de reintroducción del buitre negro en la Sierra de la Demanda. El lunes lo intentaron, con ayuda de un vecino de Huerta de Arriba y dos agentes forestales de La Rioja, pero solo consiguieron despejar 120 metros de la pista que lleva hacia el jaulón y el punto de alimentación en el que se encuentra lo que ellos llaman un ave irrecuperable, puesto que tiene un ala amputada (se enganchó en una valla), vive escondido en un recinto de 2,5 hectáreas y solo sale a comer cuando descienden otros buitres.

La bióloga Lorena Juste decidió lanzar un llamamiento en las redes sociales en busca de ayuda. ¿Y adivinan quién respondió? Pues efectivamente, el mismo que la semana pasada acudió al rescate de las yeguas de Valdeporres, el ‘capitán’ Juan Carlos Chicote, que asegura que es su hija la que le ‘encomienda’ las misiones. En este caso, no tenía tanta carga emotiva porque no había riesgo de que los animales murieran de hambre, como sí ocurrió con los equinos a los que salvó la llamada del Refugio Castro Valnera, ya que los buitres aguantan días, si bien «con el frío y la nieve tienen un mayor gasto energético», reseña Iván Peragón. Pero dio igual. Este experto montañero lió a otros 3 bomberos de Burgos libres de servicio y junto a dos voluntarios de la capital, uno de ellos celador de Medio Ambiente de profesión, de Monasterio de la Sierra y Hoyuelos, así como forestales de La Rioja comenzaron a palear nieve para, 3 horas después, lograr que la pista quedase despejada y acarrear bidones con comida -conejos y pollos, básicamente- que no va a necesitar de frigorífico para su conservación en los próximos días.

Más fotos:

Con los bidones de comida.
Con los bidones de comida. - Foto: J.C.G.
Tras las yeguas, el buitre Rogelio
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Tras las yeguas, el buitre Rogelio

«Estamos muy contentos con la respuesta de la gente», apunta agradecido el biólogo Iván Peragón, ya que si bien les queda por limpiar unos 120 metros de pista en llano, creen que podrán aprovechar estos días de tregua sin nevadas y continuar para acumular todo el alimento posible, al menos 3 semanas de reserva, de cara a un invierno que se antoja muy largo para Rogelio.