El Consejo Asesor del Clúster de Hábitat Eficiente de Castilla y León (AEICE), integrado por expertos en distintas actividades de la cadena de valor (construcción, industria de transformación y servicios auxiliares, entre otros), así como especialistas de otros ámbitos (comunicación, salud, energía, etc.) asegura en su último informe que los edificios y las ciudades se constituyen como imprescindibles para "la salud física y mental de las personas, ya que inciden de forma directa en propiciar, incitar y favorecer la relación entre ellas, los animales y la vegetación urbana; y configurándose, además, como auténticos refugios climáticos frente a las condiciones extremas del clima, con un objetivo claro de protección de las personas".
Según recogen en un informa difundido por Ical, el sector del hábitat es "un agente fundamental, un vector de primer orden para la salud y el bienestar de las personas", debido al impacto que tiene el diseño, la construcción y el mantenimiento de los edificios y ciudades.
Los refugios climáticos son los espacios naturales o construidos, diseñados para ofrecer unas condiciones de confort y habitabilidad óptimas, que protejan a la población frente a fenómenos climáticos desfavorables. El término se refiere a lo que debiera ser el resultado de aplicar una estrategia territorial de adaptación al cambio climático.
En este sentido, el Consejo recoge que el concepto hábitat —como aglutinador de los entornos en los que interactúa el ser humano y como definidor de un sector que se ocupa del mismo (diseña, construye, mantiene)— es "clave para la consecución de entornos justos, equitativos y sostenibles". Así, aboga por definir y poner en marcha herramientas consensuadas y reconocidas de medición de la calidad de vida y de la salud de los entornos para poder avanzar en esta materia.
El Consejo Asesor de AEICE, que preside la investigadora, científica y física Charo Heras, defiende la aplicación del concepto de refugio climático en Castilla y León por sus condiciones bioclimáticas vinculadas a la calidad de vida como palanca de desarrollo, y por su configuración territorial de ciudades intermedias y núcleos rurales, puede ser un auténtico refugio climático. A ello, hay que sumar las experiencias de Soria y Valladolid como ciudades participantes de la Misión Europea de 'Ciudades climáticamente neutras en 2030', asegura el informe.
Para alcanzar estos objetivos, subraya la necesidad de que el sector del hábitat se aglutine en torno al Plan Sectorial del Hábitat de Castilla y León (PSHCYL), aprobado por la Junta de Castilla y León en marzo del pasado año y pionero en España, y de que sea el clúster AEICE "el agente aglutinador fundamental del conjunto del sector".
El Plan, que tiene una vigencia hasta el año 2027 y define al sector de una manera transversal, pretende concentrar a toda la cadena de valor alrededor de sus seis grandes ejes: transición ecológica, transición digital, cohesión territorial, reforzamiento empresarial, imagen y difusión e igualdad de oportunidades: género y juventud.
Sostenibilidad en operaciones financieras
Por otro lado, el estudio refleja que la introducción de criterios de sostenibilidad en las operaciones financieras de inversión en todos los sectores contribuirá —como ya está contribuyendo— a la mejora del desempeño energético del sector del hábitat y, con ello, a la mejora de las condiciones de salud de sus productos.
Y recuerda que la salud de las personas incide de forma directa en la competitividad: mejora de la productividad por mejor entorno laboral, mejora del rendimiento académico, mejora del absentismo laboral y propicia la reducción de los tiempos de recuperación en caso de enfermedad.
Por último, sostiene que los certificados de ahorro energético (CAE) y la próxima Directiva europea de eficiencia energética en los edificios serán herramientas fundamentales para el avance del sector, y muy especialmente para "su necesario fortalecimiento de cara a la etapa posterior al boom de las ayudas".
El informe del Consejo Asesor apunta a la rehabilitación del parque edificado como uno de los principales vectores en el sector del hábitat para la mejora de la salud y el bienestar de las personas. Un movimiento que ya se ha iniciado, pero que es necesario mantener su "pulso" para evitar retrocesos.
"Es imprescindible —señala— un alto nivel de desempeño por parte de todos los agentes involucrados, públicos y privados (sector), ya que nuestros clientes son cientos de miles de ciudadanos; también son fundamentales los apoyos necesarios para un subsector, el de la rehabilitación, que se está adecuando sobre la marcha a la demanda que surge".