Ni las quejas de los guardias civiles, ni la alerta de los mandos intermedios que tienen que doblar turnos y hacer funciones que no les corresponden, ni tampoco el análisis que desde hace años han hecho en la Comandancia sobre la incapacidad para retener agentes. Nada parece convencer a la Dirección General del Instituto Armado, dependiente del Ministerio del Interior, de que es necesario un plan para poner solución al problema. Lo fían todo a agentes en prácticas cuyo destino final tras la finalización de este periodo podría no ser Burgos. Es la respuesta que dieron hace unos días al grupo 'popular' en el Senado, que consultó sobre la situación de la Benemérita en la provincia en la Cámara Alta.
En su escueta contestación (apenas un folio y medio), el Gobierno se congratula de haber convocado oposiciones a nivel nacional que contemplaban una tasa de reposición de hasta el 130% y da unas cifras ya contadas previamente por las asociaciones profesionales. En la provincia el catálogo consta de 958 guardias civiles y actualmente hay cubiertas 774 plazas. Un número total de activos al que hay poner dos asteriscos. De estos agentes, 16 son personal en reserva y otros 57 alumnos en prácticas.
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