Piensan en una red de productores de chacolí y catas en Tamayo

S.F.L. / Tamayo
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La Asociación UnPorTa apuesta por impulsar una tradición que pierde fuerza en los pueblos burebanos y animar a las nuevas generaciones a cultivar viñas. En octubre, con la vendimia, se celebrará una fiesta

Adolfo Oña es uno de los pocos productores que continúa elaborando chacolí con la uva que cultiva en Tamayo. - Foto: A.O.

Los pocos productores de chacolí que quedan en la Bureba tendrán la oportunidad de dar a conocer su producto en las catas, fiestas y eventos vinculados con el sector vitivinícola que planean organizar la Asociación UnPorTa en el Museo de la Memoria de Tamayo. La búsqueda incesante de documentación, fotografías y elementos relevantes para aclarar lo que un día fue la localidad -el primer testimonio documental de la existencia del castillo data del año 967-  reveló que buena parte de los habitantes del pueblo y la zona cultivaban uva y producían vino, una tradición que perduró hasta bien entrado el siglo XX, pero que en las últimas décadas perdió fuerza.

Santiago Fernández y Adolfo Oña son los únicos que todavía miman sus viñas y parras en las fincas del pueblo semideshabitado y elaboran  unos cuantos litros de chacolí para consumo propio. Ambos disponen de la maquinaria necesaria para obtener la bebida -estrujadora, prensa y tanques- pero hasta el momento no se han planteado promocionarla. En los alrededores todavía se conservan unas cuantas cuevas que se utilizaban para la conservación del vino. 

La intención de Eduardo Tamayo, uno de los impulsores del proyecto de recuperación de la memoria de la localidad -actualmente barrio de Oña- contempla crear una red de productores de los pueblos de la zona con idea de «garantizar el futuro de una práctica que amenaza con desaparecer», se lamenta. Tiene constancia de que algunos vecinos de Poza de la Sal, Llano y Terrazos cosechan todas las campañas e incluso mantienen, rehabilitan y transforman antiguas bodegas en merenderos que muestran a los turistas interesados. Su intención y la del resto de la junta directiva de la agrupación es que presenten y promocionen su producto a través de diferentes eventos. También que personas ajenas a la tradición adquieran conocimientos sobre el cultivo y se «animen a plantar parras», comenta ilusionado Tamayo.

Las primeras actividades se llevarán a cabo a partir de octubre, coincidiendo con la temporada de vendimia. La programación arrancará con la celebración de «varias jornadas de catas» y continuará con una gran fiesta y un concurso para elegir el mejor chacolí de la Bureba. Los productores interesados en compartir con el público su vino deberán contactar previamente con la Asociación, que confirmará las fechas de todas las actividades con la llegada del verano.

El esfuerzo por no dejar caer en el olvido a las bodegas en las que antaño sus antepasados conservaban el chacolí ha llevado a varios vecinos de Llano a rehabilitar a capricho 42 de estos espacios. En agosto, los propietarios celebran una jornada de puertas abiertas y preparan una merienda popular a la que acuden veraneantes de la comarca y turistas.