Toda la temporada del Longevida San Pablo se reduce a tan solo dos partidos. El éxito o el fracaso, la gloria o el infierno. Por muy injusto que parezca, los grandes proyectos deportivos traen consigo grandes objetivos y el del conjunto burgalés ha sido siempre muy ambicioso. Todo el trabajo que se ha realizado en el club desde el pasado verano ha estado dirigido a conquistar el ascenso a la Liga Endesa, desde el presidente hasta al utillero pasando por el director deportivo o la gente de la oficina, así que a Jota Cuspinera y a sus hombres no les vale otro resultado que proclamarse campeones de la Final Four. Es un todo o nada en dos capítulos que comienza hoy -20.30 horas- con una semifinal a cara de perro contra el Força Lleida.
Un año después de caer en el Coliseum ante el Zunder Palencia en la gran final, el San Pablo está ante una nueva oportunidad de ascender por la siempre complicada y emocionante vía de la Final Four. Esta vez no tendrá el 'factor cancha' a su favor ni tampoco la presión que viene con ello, pues la batalla tendrá lugar en el Madrid Arena de la capital, pero sí estará acompañado por alrededor de 1.500 aficionados azulones. Además, llega a la cita con todos sus jugadores disponibles, una vez que Miha Lapornik ya se ha recuperado de sus problemas musculares. De hecho, el escolta esloveno ya disputó algunos minutos en el tercer y último envite del play off ante el Real Valladolid. Toda la plantilla, diseñada y retocada para ascender, llega lista a la hora de la verdad.
Su primer escollo camino de la ACB será el Força Lleida, un rival que llega con la mejor racha de los cuatro contendientes y un tanto liberado, pues no tiene la obligación autoimpuesta de subir sí o sí. Los catalanes no pierden desde el mes de marzo y encadenan 12 victorias consecutivas, incluidas las tres del play off. Al igual que el San Pablo, solventó su eliminatoria por 3-0 frente al HLA Alicante y ha gozado de 14 días de preparación.
La fuerza del Lleida reside en el bloque y en el buen juego combinativo que practica, pero es imposible obviar a sus tres grandes referentes. Cameron Krutwig es su jugador más diferencial. Se trata de un pívot que no solo rebotea o anota por dentro, sino que también genera para el resto de sus compañeros. Promedia más de 10 puntos, 7 rebotes y casi 3 asistencias por partido para un 17,1 de valoración. Además, subió su nivel durante el play off.
El peligro ilerdense también llega desde el exterior. Jaume Lobo es un anotador compulsivo y tiene muy buenos porcentajes. Su confianza es tal que durante el play off logró un 50% en el tiro exterior y se fue hasta los 17 puntos por duelo. Aparte del español, la figura de Kenneth Hasbrouck también gana protagonismo si se habla de anotación. Es un veteranazo de 37 años capaz de acaparar mucho balón en los momentos calientes y resolver partidos con su talento. El americano llega a esta Final Four en dobles dígitos de anotación y será un jugador muy a tener en cuenta no solo por su talento, sino por su experiencia.
Las dos veces que se han visto las caras esta temporada ganó el equipo que actuaba como local. En la segunda jornada, en el Coliseum, el San Pablo se llevó un triunfo cómodo (79-66) gracias a una actuación coral en la que destacaron Lapornik, Speight y Jiménez. A la vuelta, se cambiaron las tornas todavía con Lolo Encinas en el banquillo. El Lleida logró la victoria en un duelo realmente ajustado (77-72) y en el que los burgaleses jugaron condicionados por las lesiones de Lapornik y Corbalán.
Ambos duelos sirven como referencia, pero resulta difícil extraer una conclusión de ellos, pues el San Pablo ha cambiado de entrenador y tiene a todo su plantel disponible y el Lleida está en el mejor momento de forma del curso. Además, todo cambia cuando los partidos son a vida o muerte. Será un tú a tú entre el segundo y tercer clasificado de la liga regular.
javi vega. Aparte de los jugadores ya mencionados, en las filas del Lleida se encuentra Javi Vega, el que fuera jugador del San Pablo durante cinco temporadas. A sus 37 años, el excapitán azulón apura su carrera deportiva después de haber logrado un ascenso y haber jugado en Europa y en la ACB con el San Pablo.