La relación del contribuyente con el Ayuntamiento puede llegar a ser desesperante. Desquiciante si el ciudadano no recibe respuesta, se enfrenta ante largas esperas o ante un panorama de mesas de vacías por vacantes de empleados que no se cubren. Ausencias, a veces temporales, que hacen que determinadas tareas se ralenticen o no se ejecuten porque no se ha previsto que otras personas asuman esas funciones durante una ausencia. Sirva como ejemplo el expediente para la concesión de la licencia del Hospital de la Concepción que, por la baja de una auxiliar administrativa, se quedó encima de una mesa y paralizado. En otras ocasiones, los afectados son particulares, empresas...
En varias ocasiones, el actual Gobierno de coalición del PP y Vox ha defendido la necesidad de afrontar una reorganización interna del Ayuntamiento que pasa, en primer lugar, por cubrir las necesidades de personal (existentes en todos y cada uno de los servicios municipales). Pero la otra gran apuesta del bipartito, al margen de la ya anunciada decisión de incorporar la figura de los directores generales para distintas áreas municipales, pasa por implantar lo que han bautizado como un Sistema de Gestión de Calidad que el próximo año se deberá comenzar a poner en marcha.
Al concejal de Licencias y Seguridad Ciudadana, Ignacio Peña, es a quien le ha caído en gracia esta misión que tiene como objetivo cumplir la promesa electoral que tanto su partido, Vox, como el PP, su socio en el Ejecutivo local, anunciaron antes de la cita con las urnas: pondrían en marcha un sistema que «simplifique», «racionalice» y «agilice» los procedimientos. Lo que los primeros llamaron proceso de «calidad total», los segundos lo definieron como «Ayuntamiento facilitador».
Ya no solo se trata de una promesa electoral, sino de dar cumplimiento a un acuerdo adoptado por unanimindad en un Pleno celebrado en julio de 2022 (a propuesta de Vox) y en esa idea, tal y como detalla Peña, lo que se hará en este 2024 es «contratar a una empresa externa» para que realice un «diagnóstico» de situación y establezca la hoja de ruta a seguir.
Una de las grandes premisas de las que se parte es la de implantar una filosofía de trabajo que consiga «abreviar la tramitación y uniformizar procedimientos, pliegos, contratos...». Lo que también se quiere es mantener contactos con otros ayuntamientos que ya han puesto en marcha sistemas de calidad, como el de Logroño, para aprender de sus aciertos e importarlos.
La contratación de esta empresa externa, según avanza el concejal, está garantizada ya que está previsto incorporar una partida en el próximo Presupuesto. En paralelo se trabaja ya a nivel interno en un objetivo muy específico como es el de la creación de los pliegos tipo para las licitaciones. Aquí también se quiere ganar en tiempo, en transparencia, en reducir suspicacias y en acabar con la disparidad de criterios, que los hay, entre distintos servicios municipales para que los criterios de evaluación sean los mismos ante actuaciones semejantes.
En Vox defienden que la integración de este sistema perseguirá también que «el personal municipal dispense un trato amable y respetuoso a los ciudadanos» y que no haya ningún contribuyente que se quede sin una «respuesta motivada» cuando la requiera. Algo que, según recuerdan, también es medible y evaluable.
De lo que se trata también es de proporcionar a los empleados municipales «claridad en la encomienda de tareas», aportándoles «seguridad jurídica» y propiciándoles «satisfacción profesional y motivación».
La idea es arrancar con una «prueba piloto» en un servicio y extenderlo al resto de áreas.