«Con este oro he vuelto a encontrarme»

Á.O. / Burgos
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Lucía Carrillo se convirtió en febrero en campeona nacional sub'23 de pista cubierta en 200 tras recuperarse de una lesión que le afectó más en «lo mental que en lo físico» . No superó esa crisis hasta el domingo: consiguió el oro al aire libre.

Lucía Carrillo posa en las pistas de atletismo Purificación Santamarta de San Amaro con su reciente medalla de oro. - Foto: Alberto Rodrigo

Lucía Carrillo está de vuelta. Podría parecer que la joven velocista burgalesa nunca se ha ido ya que en su segunda temporada sub'23 ha conseguido las medallas de oro nacionales en el 200 tanto en la pista cubierta como en el aire libre, sin embargo, desde principio del año ha vivido una pequeña crisis a raíz de una lesión que, con una madurez impropia de su edad, parece haber dejado atrás sin bajarse de lo alto del podio. Ahora ya solo tiene la vista puesta en el futuro y en concreto en el Europeo sub'23 que tendrá lugar en la ciudad de Espoo (Finlandia) del 13 al 16 de julio.

Atrás queda ya la lesión que le impidió comenzar el 2023 de la mejor manera. «Por fin he recuperado la normalidad. En la pista cubierta me rompí el isquio. Fue una microrrotura en realidad, pero me afectó más en el ámbito mental que en el físico», confiesa la burgalesa, que en febrero se colgó la medalla nacional sub'23 en pista cubierta justo antes de recaer de su lesión, hecho que le impidió participar en un Campeonato de España absoluto «al que iba a por las medallas e incluso a pelear por el oro» porque «estaba en mis piernas», pero en el que no pudo participar.

«Desde el invierno en general no estaba disfrutando compitiendo. Desde la lesión me daba miedo. Todas las competiciones de aire libre me recordaban al invierno, no disfrutaba. Tenía miedo, pero este fin de semana, por fin, he disfrutado», rememora con la misma sonrisa con la que agradece cada felicitación por parte del resto de atletas que entrenan en las pistas Purificación Santamarta de San Amaro donde ella también se ejercita por las tardes.

«Siendo velocista o vas a tope o no tiene sentido correr», explica Carrillo, que ya ha destacado en el 60, en el 100 y que ahora lo hace en el 200. «Cuando vienes de una lesión cuesta y si tienes un bloqueo en la cabeza no das el cien por cien. Nunca hasta este año me había pasado, no me había afectado, pero se nota. Competía porque tenía que competir, no porque me apeteciera», añade.

A todo ello se le unió el ajetreo de un mes de junio «de un agotamiento emocional máximo» en el que sufrió de cerca la presión de la Federación Española. «Fue un mes muy malo. Había acudido en competiciones internacionales en el equipo del relevo como reserva y sentía que no estaba entrenando a nivel individual. Me sentía muy mal. Estaba desconfiada porque acudí al Campeonato de Europa por equipos de Polonia, a la Diamond League de París y al Encuentro Internacional de relevos de Huelva», remarca la burgalesa, quien expone que «a veces con tener la mejor marca no es suficiente» para participar en el equipo nacional de relevos. Cree que pesan más otros factores como su precocidad, que la obliga a «tener que estar demostrando todo el rato que estás en forma».

Pese a todo ello, encaró la cita de Tarragona del pasado fin de semana con una nueva mentalidad. «Voy a correr para mí, voy a disfrutar. Sin presión», se dijo. Y funcionó. Se proclamó campeona nacional sub'23 del 200 acercándose a su mejor marca personal (23.14 segundos y 23.09).

«He vuelto a disfrutar. Esta es mi categoría, que muchas veces se me olvida. Todavía me quedan dos años como sub'23. Me exijo pelear con las absolutas porque tengo la capacidad de estar ahí, pero tengo que disfrutar de la categoría», expone una Lucía Carrillo que afirma que esta medalla «es una de las que más significan de mi carrera porque me he vuelto a sentir yo corriendo. Hubo muchas emociones. Me cargó las pilas y fue muy bonito», concluye siendo consciente de que este éxito aumenta sus posibilidades para el Europeo sub'23.