El incendio de Notre Dame, en abril de 2019, desató cierta psicosis entre los responsables de sus hermanas góticas de toda Europa. Esa obsesión se extendió también entre los vecinos de Burgos, como pudieron comprobar los Bomberos muy pronto. Cuando los rescoldos del templo parisino aún humeaban, el parque de la capital recibió la llamada de un ciudadano que avisaba de que salía humo de la Catedral. El Servicio movilizó varias dotaciones y al final resultó ser una falsa alarma. Se había activado el sistema antipalomas sin querer y el vapor de agua provocó un efecto visual que causó la confusión del alertante.

Lo recuerda Javier Llorente, actualmente subjefe del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de la ciudad, quien aquel día fue el responsable de la salida. El suceso -con final feliz en esa ocasión- hizo reflexionar a los mandos del parque, que, con Miguel Ángel Extremo a la cabeza, se pusieron manos a la obra con el objetivo de dotar a la Seo de un completo protocolo de seguridad cuya preparación esta tocando a su fin. 

En esta última fase, todos los efectivos del servicio están visitando la Catedral -por dentro y por fuera- en compañía de su responsable de mantenimiento, Álvaro Miguel. El propósito es conocer de primera mano todas las entradas y salidas del templo, los husillos por donde se accede a las cubiertas, los recorridos que pueden hacerse sobre ésta, los accesos a las distintas capillas, las rutas de evacuación etc.

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