La asociación Agrolara, que persigue el fomento de prácticas agroambientales sostenibles en la comarca burgalesa del Alto Arlanza, ha remitido un escrito al consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez Quiñones, en el que le insta a repensar el emplazamiento de la casa del parque del espacio natural Sabinares del Arlanza-La Yecla, ya que dudan de la conveniencia de su ubicación en San Pedro de Arlanza. «El monasterio se emplaza en una Zona de Usos Limitados, contigua a una Zona de Reserva y a otra zona de Usos Limitados de Interés Especial, lo que en términos prácticos debiera limitar las actividades turísticas que se vienen anunciando», afirman.
Para Agrolara, esta ubicación es un error de planificación, «ya que establecer un punto de concentración de visitantes para impedir luego su expansión por el entorno inmediato supone una contradicción». La asociación considera que no es necesario atraer masas adicionales de personas a un enclave privilegiado, pero a la vez muy frágil, bajo un modelo trasnochado que busca cantidad y no calidad. «Los espacios naturales no son parques temáticos, su gestión tiene que priorizar la protección del medio natural y la repercusión positiva para sus poblaciones».
Por eso proponen como alternativa que San Pedro de Arlanza mantenga ese perfil cultural, acogiendo un centro de interpretación del paisaje histórico y natural, pero que la casa del parque se cree en Santo Domingo de Silos, «en un entorno urbano, más accesible, menos vulnerable y estadísticamente más visitado».
Por otro lado, tal y como señalan desde este colectivo «las diferentes convocatorias realizadas por la dirección del parque han tenido al turismo como eje monotemático». En este sentido, desde la asociación afirman estar en absoluto desacuerdo con el rumbo tomado en la gestión del parque. «No vemos la acción de la consejería de Medio Ambiente, únicamente otras más propias de la de Cultura y Turismo. No hay ninguna medida de protección del tan castigado sector primario, ninguna iniciativa para generar posibilidades del sector secundario o las necesidades dotacionales reales de los núcleos integrados en el parque».
A juicio de Agrolara «se ha empezado la casa por el tejado, vendiendo humo sobre un turismo de calidad y sostenible apoyado en recursos hoy todavía invisibles y anunciando rutas, miradores y carteles que alicatarán el territorio y le harán perder una naturalidad que es el origen de su promoción y teórica protección». Otros aspectos olvidados en la andadura del espacio natural, según la asociación, giran en torno a la erradicación del uso de fitosanitarios en el horizonte de 2030. «Los poderes públicos deben ayudar a los productores con asesoramiento técnico y ayudas económicas para la migración a sistemas agroalimentarios ecológicos».
Flora y fauna. Según ha hecho llegar Agrolara a la Consejería de Medio Ambiente, «la conservación de los hábitats y la flora y fauna silvestre del parque pasa a un plano muy secundario y también la preservación de la integridad del paisaje natural, donde la desmesurada actividad turística es probable que deje paisajes huecos». Ponen como ejemplo Sad Hill, «la desacertada intervención en La Yecla o el descenso del Arlanza en plena época reproductiva». Aseguran que «no se escucha de devolver al águila perdicera e incluso proyectos de reintroducción del quebrantahuesos, dos especies emblemáticas de los desfiladeros del Arlanza».
Además, en opinión de Agrolara, existe una dejación de funciones de la Consejería de Medio Ambiente sobre aspectos relevantes de conservación y calidad de vida, por ejemplo a la hora de hacer frente a la contaminación por vertidos incontrolados de macrogranjas y purines, como la de Villaespasa. En los próximos días propiciarán encuentros con alcaldes de la zona para analizar estas acciones de la administración regional.