La CHD deniega el permiso de obras en las grietas de Villatoro

I.E. / Burgos
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Dice que hay que actualizar el estudio de 2014 en el que se ha basado el proyecto, pero en 2022 dio autorización sin exigir esa renovación. El Ayuntamiento presentará un recurso contra la resolución

Un vecino de Villatoro mostraba este año las grietas salidas en su casa. - Foto: Luis López Araico

Tenían que empezar ayer, pero no fue posible. Los vecinos de Villatoro tendrán que seguir esperando a las obras proyectadas para terminar, de una vez por todas, con las grietas que han salido en las casas de no pocos vecinos del barrio. Ahora la culpa es de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), que ha denegado la autorización para que se inicien los trabajos. Sí que permite las investigaciones geotécnicas propuestas por el Ayuntamiento pero «no autoriza» la ejecución de una zanja drenante perpendicular al cauce del arroyo Villatoro ni el encauzamiento del mismo, que son las soluciones previstas en el proyecto. ¿Por qué se niega? Porque a juicio de sus técnicos «para determinar el alcance del problema sería necesario actualizar los valores obtenidos hace 10 años en el estudio del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), siendo recomendable realizar un análisis geológico, hidrológico e hidroquímico de detalle».

Efectivamente, el proyecto para dar solución a las grietas de Villatoro se fundamentó en un estudio de 2014, pero es que el anterior equipo de Gobierno en el Ayuntamiento pidió en 2022 la misma autorización en base a ese mismo análisis y la CHD sí se la concedió sin poner ni una sola pega, y habían transcurrido 8 años. Al actual bipartito le llama mucho la atención este cambio de criterio en tan solo dos años, más teniendo en cuenta que la persona que firma la resolución ha sido la misma en ambos casos, la comisaria de Aguas de la Confederación. De ahí que el bipartito vaya a presentar en breve un recurso con el fin de que este ente dependiente de la Administración central cambie de opinión y otorgue el permiso a la mayor brevedad.

Y es que las obras solo pueden realizarse en una época del año muy concreta, entre agosto y marzo, cuando el nivel de las aguas está más bajo. Entre abril y julio es imposible. Por esta razón el equipo de Gobierno tiene tanta prisa, porque si la autorización no llega pronto, el inicio de los trabajos se retrasará  otro año más. Además, el contrato ya fue adjudicado, por 700.000 euros, a la empresa Herrero Temiño, que incluso había hecho ya la compra de algún material para empezar las tareas en estos días. 

Hay que recordar que fue en febrero cuando el Consistorio envió a la CHD la solicitud de autorización. En mayo el organismo requirió una actualización del proyecto o un informe que indicara que todos los estudios realizados antes de 2022 seguían siendo válidos. De acuerdo con la nueva documentación que presentó el Ayuntamiento, la CHD reconoce que «las obras a realizar coinciden sensiblemente con las autorizadas en 2022 y también en 2018». 

rechazo municipal. Sin embargo, la resolución que llegó este martes al número 1 de la Plaza Mayor alude a una memoria fechada en marzo de 2023 que indicaba que el adjudicatario «revisará el estudio geológico geotécnico del IGME de 2014, en especial en lo referente a las hipótesis de partida tomadas para la ejecución de las obras proyectadas». Y en esta afirmación se basa la CHD para concluir ahora que las obras no pueden llevarse a cabo sin esa actualización. Sin embargo, el concejal de Urbanismo, Manuel Manso, advierte de que las condiciones del subsuelo no cambian de una década para otra «sino que tardan miles de años». 

El documento de la CHD, que ha llegado pocos días antes de la fecha en que debían empezar las tareas y después de muchos requerimientos que ha hecho el Ayuntamiento -y la alcaldesa, Cristina Ayala, personalmente- contiene algunas  'perlas' que, como poco, inducen a la confusión. Por ejemplo, cuando habla de que sería recomendable hacer un estudio geológico e hidrológico de detalle que investigue el subsuelo, señala que dentro de la valoración de posibles soluciones «debería evaluarse la degradación del acuífero afectado, incluyendo la alternativa de dejar de bombear y permitir la inundación de garajes y trasteros subterráneos». Tal cual, y todo ello «con el fin de cumplir con los objetivos de protección de las aguas y del dominio público hidráulico».

La CHD alega que «no se detallan las características constructivas ni de perforación de los distintos sondeos que se pretenden llevar a cabo ni las características de la zanja drenante». En resumen, «para el planteamiento de las medidas de diseño y constructivas se considera necesario realizar una campaña de geofísica que determine los espesores del acuífero antes de plantear las obras de drenaje». Unos trabajos que, según la propia CHD, deberían durar unos seis meses. Por tanto las obras propiamente dichas no se podrían iniciar hasta agosto de 2025 como muy pronto.

Llama la atención también que la CHD afirme que «las actuaciones deberían enmarcarse dentro de una intervención integral que incluya un proyecto para la eliminación del agua que procede del túnel de la BU-30 y que vierte en el arroyo Villatoro. El concejal Manuel Manso recuerda que la circunvalación de Burgos fue una obra del Ministerio de Transportes, al que también «le corresponde» el mantenimiento. Si la ejecución de esta infraestructura «ha tenido que ver en una modificación del curso de las aguas en Villatoro -como deja caer la propia Confederación- quizá sea suya la responsabilidad de arreglarla», concluye.