La intranquilidad que la vuelta de Trump había generado en la Ribera del Duero se ha materializado, por fin, en una cifra. Estados Unidos ha anunciado que aplicará unos aranceles del 20% a todos los productos que lleguen al país desde Europa, a partir del 9 de abril. Ante esta situación la Denominación de Origen ha planteado varios escenarios entre los que se encuentra la búsqueda de nuevos mercados para paliar las pérdidas que pudiera ocasionar una bajada de las ventas en el país americano.
El presidente de la DO, Enrique Pascual, califica la situación de «una complicación más» y considera que este anuncio supone una pésima noticia para el sector vinícola. «Hasta conocer los datos estábamos impacientes e intranquilos, ahora ha llegado el momento de buscar alternativas», asegura Pascual, quien apunta que si la amenaza de poner unos aranceles del 200% se hubiera cumplido, habría supuesto la salida del vino del mercado.
Los bodegueros, de momento no siente que la situación esté descontrolada y consideran que un porcentaje como este se encuentra dentro de unos parámetros asumibles. «Hemos hablado con el importador de EEUU y parece que el 20% es solventable», explica Juan de la Vega, de Viña Pedrosa. En su caso, se mantiene optimista, ya que considera que de lo malo que podría haber acarreado la situación, no supone el peor escenario.
Algo parecido explica María Rodero, de Bodegas Rodero, puesto que los costes de los aranceles los asume su importador y no directamente la elaboradora. «Nuestro precio va de forma independiente, no nos afecta, en principio», comenta. En su caso la exportación que realizan a EEUU no resulta demasiado grande, aunque se encuentran en un proceso de ampliación hacia un nuevo estado para los próximos meses.
«Los vinos de alta gama son los que menos afectados se van a ver con este aumento en los aranceles, los más baratos van a sufrir más», aclara Fernando Ortiz, de Territorio Luthier. Según cuenta el bodeguero, ningún arancel resulta positivo para una elaboradora, pero en este caso no cree que vaya a dañar demasiado. «Influirá sobre todo al turismo», comenta y añade que lo peor de esta situación tiene que ver con la imagen que se crea.
Las elaboradoras no han notado un incremento en la demanda en los últimos meses
El presidente de la asociación de bodegueros de la Ribera del Duero, Íker Ugarte, apunta que aún hay que esperar para ver qué medidas implementa la Unión Europea y qué negociaciones se van a poner en marcha.
Uno de los mayores miedos para los bodegueros está puesto en la competencia que se genera con otros países productores como Chile o Argentina que cuentan con un arancel menor, del 10%. «En cualquier caso, la exportación de Ribera del Duero a EEUU tampoco es tan grande», explica Ugarte. Según el presidente de Asebor, Estados Unidos supone el tercer importador de vino para la DO. En total se envían alrededor de 1,3 millones de litros, un porcentaje muy pequeño respecto a la producción actual de la zona que se estima en una media de entre 90 y 100 litros anuales.
Con respecto a los recientes movimientos en el mercado, los elaboradores no han percibido ningún cambio en los pedidos, ni un incremento en la demanda por parte de sus importadores estadounidenses. «Los pedidos que se solicitaron están saliendo con normalidad», asegura María Rodero. «No hemos visto que se haya intentado hacer acopio de producto. En todo caso ha habido un periodo de standby», argumenta Juan de la Vega. Los encargos que se envían a América tardan alrededor de un mes en llegar hasta allí. Esto, sumado a la situación de incertidumbre por no conocer el porcentaje de los aranceles ha provocado un pequeño parón, durante los últimos meses.
Medidas de ayuda. En la última semana, la Unión Europea ha presentado una serie de medidas para apoyar al sector del vino ante el descenso del consumo y el aumento de temperaturas. La institución supranacional permitirá una mayor flexibilidad para evitar la superproducción, permitirá la comercialización de nuevos productos con una menor graduación alcohólica y elevará las ayudas al 80% para inversiones que busquen mitigar los efectos del cambio climático.