Está siendo un verano bastante tranquilo en los montes, bosques y parcelas agrícolas de la provincia. Hasta el momento no se ha declarado ningún gran incendio más allá de pequeños conatos de poco más de diez hectáreas que se han conseguido controlar en horas. Aun con todo, en estos primeros siete meses de 2024 el fuego ya ha calcinado más superficie que en todo el año pasado, que por otro lado fue sin duda uno de los mejores que se recuerdan. Más aún si se comparaba con el anterior, cuando se produjo el espectacular siniestro de Santibáñez del Val. El intenso calor de los últimos días obliga a extremar la precaución para que la tendencia se mantenga.
Según la información facilitada por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, en la provincia de Burgos se han declarado hasta el momento medio centenar de incendios que han calcinado algo más de 500 hectáreas. La gran mayoría de siniestros han sido conatos en los que han ardido menos de una hectárea. La estadística viene marcada, principalmente, por lo ocurrido a principios de año en Las Merindades.
El fuego arrasó con algo más de 400 hectáreas de terreno en los parajes de Castro Valnera y Cubada Grande, muy cerca de Espinosa de los Monteros. El incendio estuvo activo más de una semana y reactivó el debate sobre extender el dispositivo más allá de los meses críticos del verano. Sobre todo porque, con el cambio climático, se producen varias olas de calor durante todo el año, incluido en invierno. La Fiscalía lo está investigando ante la sospecha de que el origen fue intencionado.
Los demás siniestros de este año han sido de poca entidad. Ocho de cada diez son pequeños conatos en el que arde menos de una hectárea. Es lo que ha ocurrido al menos en lo que vamos de verano. Los últimos más reseñables han sido el de hace unos días en Castrojeriz, donde ardió terreno agrícola, o el del miércoles en Agés. En este último se quemó algo más de superficie, pero tampoco fue de gran entidad.
Se cumplen de momento las previsiones de agentes medioambientales que preveían un verano tranquilo, siempre a expensas de las condiciones meteorológicas. El año, eso sí, ya no será igual de bueno que en 2023. Y es que a causa del mencionado siniestro de Castro Valnera ya ha ardido más superficie con la mitad de siniestros. Si nada se tuerce, principalmente de aquí a septiembre, el ejercicio podría cerrarse dentro de los parámetros normales de otros anteriores, con cerca de 600 hectáreas quemadas.
Lo ocurrido hace un par de años en Santibáñez del Val, unido a otros grandes incendios en Zamora, forzaron a un ligero cambio en los operativos de extinción que para Comisiones Obreras y Apamcyl sigue siendo insuficiente. Se ampliaron medios técnicos y humanos, pero el plan, a juicio de los sindicatos de agentes medioambientales, está lejos del que debería ser. Está previsto, entre otras cosas, renovar el Infocal. Al menos es el compromiso de la Consejería de Medio Ambiente para este año.
En cuanto a prevención, el Ministerio Público también solicitó en primavera un informe sobre los lugares con gran riesgo de incendio. En el caso de Burgos, se centran principalmente en parajes protegidos en los que hay asadores. Además, la Guardia Civil cuenta ya con la tecnología más avanzada. Este año, la Comandancia ha adquirido drones que, en un principio, servirán para la investigación de siniestros, sin perjuicio de que en los próximos años también se utilice para la prevención en lugares específicos.