Un acto aterrador que buscó causar el mayor número de muertes posible. Así describieron testigos, peritos y el propio juez instructor el atentado contra la casa cuartel de Burgos perpetrado por el comando etarra 'Otazua' el 29 de julio de 2009. El juicio se celebró hace ahora una década en la Audiencia Nacional, que condenó a los tres miembros de la banda terrorista ejecutores del intento de masacre a 3.860 años de prisión por la comisión de 160 asesinatos en grado de tentativa. Beatriz Etxebarria, Iñigo Zapirain y Daniel Pastor acumulan, además, otras penas por los asesinatos del policía Eduardo Puelles y del brigada del Ejército de Tierra Luis Conde. El Ministerio del Interior acordó su traslado a cárceles vascas hace apenas unos meses.
La mencionada sentencia que ahora cumple diez años dio por probado que los tres miembros del comando 'Otazua' viajaron a Burgos para obtener información y definir cómo sería el atentado. Horas antes al mismo, Daniel Pastor condujo una furgoneta cargada de explosivos, mientras que Zapirain y Etxebarria le daban cobertura por carretera en otro vehículo. Dejaron la carga en el aparcamiento de la parte trasera del edificio de la Benemérita y huyeron hacia Francia, previa parada en Vitoria.
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