Los asadores pagan el lechazo a 120 euros y temen que suba más

L.N. / Aranda de Duero
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Pese al aumento del precio, gran parte de los locales arandinos rozan el lleno los días en los que se celebrará Sonorama gracias a una clientela que se mantiene fiel verano tras verano

El verano no es la época del año en la que las ovejas paren más lechazos. - Foto: Jesús J. Matías

No hay agosto sin que suba el precio del lechazo. Y el verano de 2024 parece que tampoco será una excepción. Apenas se ha estrenado el mes, una de las épocas del año junto con Navidad en la que el importe de este producto se sitúa en máximos, y los asadores de Aranda de Duero ya afrontan una factura de 120 euros, frente a los 100 euros que pagaron a estas alturas en 2023. Se trata de una de las cifras más altas, si no la más elevada, de la serie histórica. Y, por si fuera poco, en el sector temen que pueda subir «algo más» durante las dos próximas semanas, cuando la demanda suele dispararse con motivo de la celebración del festival Sonorama Ribera, el puente del 15 de agosto y la gran cantidad de veraneantes que hay en los pueblos de la comarca. 

El responsable de Casa Corrales, Rommel Luis, detalla que el lechazo ha rondado los 120 euros durante todo el mes de julio. «Si antes de empezar agosto ya estamos en ese precio, miedo da lo que pueda pasar. A ver hasta dónde llega», apunta, mientras admite que «está caro». En esta misma línea se pronuncia José María Rubio, gerente del Asador Casa José María, quien subraya que «la demanda es muy grande», pero la mercancía no acompaña, ya que en los últimos años se ha producido una reducción progresiva del número de rebaños en Aranda y la Ribera, ya sea por falta de relevo generacional o porque los pastores se ven ahogados por el aumento de los costes. A ello se suma que el verano no es precisamente la época en la que las ovejas paren más por ley natural. De hecho, la mayoría de los ganaderos consultados admiten que tienen «muy pocos» lechazos en este momento o directamente ninguno. Por lo general, los nacimientos se producen desde diciembre hasta abril.

Así se pronuncia Benito Delgado, que trabaja con un rebaño en Caleruega y que precisa que aunque ahora se vive una de las temporadas más fuertes en cuanto a afluencia de visitantes a la comarca, «el problema es que no hay tantos corderos» y eso hace «que el precio suba». Por su parte, Luis Sanz, pastor en Moradillo de Roa, detalla que ha cobrado 90 euros por los últimos ejemplares y valora especialmente que durante el resto del año no ha ingresado menos de 80 euros en ningún momento. «Lo importante es que se mantiene un precio decente y que no existen grandes oscilaciones». De cara a mediados de agosto, estima que este producto, que ejerce como rey de la gastronomía arandina, quizá alcance los 95 euros. 

Las reservas, sin freno. Pese al encarecimiento, el ritmo de reservas fluye a buen ritmo en los asadores. Tanto es así que gran parte rozan el lleno del 7 al 11 de agosto, coincidiendo con Sonorama. «Estamos a tope como todos los años. Es gente que repite y que viene de toda España y del extranjero», destaca Rubio. Mientras Luis concluye:«El problema, más bien, es que no damos abasto».