Un refugio para la piedra

S.F.L. / Frías
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El artista Fernando Alonso adquirió hace años una vivienda en ruina en Frías con una cueva oculta que ha limpiado y restaurado para transformarla en un museo y taller de cantería. Pretende abrirla al público después de verano

Un refugio para la piedra - Foto: S.F.L.

A ojos de los vecinos y los miles de turistas que al cabo de año suben -y bajan- la calle Obdulio Fernández para alcanzar el 'techo' de Frías, donde se alza el imponente castillo, símbolo indiscutible de la ciudad, la vivienda del número 18 pasaba totalmente desapercibida. Su estado más que ruinoso hacía impensable que su interior guardara un secreto que solo unos pocos conocían. Fernando Alonso era uno de ellos. Sabía que una cueva cumplía funciones de cuadra para ovejas. También que haría lo imposible para que algún día fuese suya. Objetivo cumplido.

Propietario, sí. «¿Pero ahora por dónde empiezo?», se preguntaba el fredense. «Pues por el principio», se autorrespondía. Retirar los cientos de kilos de escombro acumulados dentro del inmueble como en el patio le han llevado más horas -y agotamiento- de las previstas. En concreto un año y medio largo. Si bien, todos los esfuerzos -y el apoyo incondicional de su gente- han merecido la pena porque una de las ilusiones de este artesano de la piedra ya es una realidad.

Cada rincón de la cavidad lo ha tratado con total delicadeza, por lo que actualmente presenta una imagen digna de lucir. Fernando, que es muy de compartir, abrirá las puertas de su espacio «después de verano», calcula, a residentes, veraneantes y viajeros para que descubran su mayor pasión: la piedra. Las piezas que él mismo realiza desde que era un niño hasta las que a día de hoy se le resisten. O las que ha recuperado a lo largo de las décadas procedentes de casas derruidas y que tienen un importante valor patrimonial. Cada una de ellas contará con su lugar reservado en la cavidad. «Muchas edificaciones de Frías las construían con restos de iglesias o ermitas porque había cantidad. Cuando las demolieron me preocupe de cuidarlas», aclara.

El museo contará con piezas antiquísimas fabricadas con barro, arcilla o piedra y otras más modernas. Algunas recuperadas y otras creadas por sus manos. Si bien, los artistas que desarrollen sus proyectos creativos con estos materiales y busquen un lugar en el que exponer sus colecciones «aquí tendrán su sitio», comenta Alonso, incapaz de esconder sus pasiones. En cuanto uno tiene ocasión de cruzar palabra con él intuirá su afición, además de por el arte sacro y la historia de su localidad, de esculpir la piedra.

Rechaza todo el protagonismo más que merecido por haber moldeado cantidad de obras con sus cinceles y se define simplemente como una persona que disfruta trabajando con el mineral y enseñando a los demás las técnicas que ello implica. El interés de dos personas por aprender a dominar un oficio «muy delicado que desgraciadamente se está perdiendo» le ha llevado a impartir clases de cantería. Cualquiera que esté dispuesto a recibir las lecciones de un aficionado con innumerables capiteles, platos, esculturas, maquetas a sus espaldas, deberá contactar con él, y tener en cuenta que en el taller no estará permitido el uso de herramienta neumática -bajo excepciones- y que todas las piezas se tallarán a mano. «Antes de nada, comenzaremos a repasar las técnicas de dibujo de cada alumno porque el diseño des fundamental para un buen resultado final», añade con la misma ilusión en ver funcionar su proyecto que cuando se inició en este mundo.

Maquetas. En vez de jugar con los fuertes del Oeste o las armas que aparecían en las películas de Hollywood, Fernando Alonso solo necesitaba un montón de rocas y barro para entretenerse. Su afición por las piedras de toba caliza dio pie a la construcción de maquetas que cada año instala en el Belén de la iglesia de San Vicente. Representar las infraestructuras más simbólicas de Frías y del barrio de Tobera se convirtió en su mayor pasatiempo. Todas ellas quedarán expuestas en la galería, incluida su próxima obras, el castillo a escala 1:40.