Fue un visto y no visto, una cosa de dos minutos. El tiempo que Eduardo tardó en dejar un pedido en una vivienda de la calle del Carmen y volver a bajar. En ese pequeño lapso, un individuo se llevó su bici. Salió en busca del ladrón pero no consiguió ver nada. Dio la voz de alerta entre otros repartidores de comida y todos hicieron piña. Una persona consiguió localizarle y avisaron a la Policía. Sin embargo, cuando llegaron no consiguieron evitar que desapareciera nuevamente con ella. Aun así, han difundido su imagen por diferentes redes sociales para intentar dar con el delincuente.
La faena no ha sido precisamente barata. Eduardo se gastó 700 euros en una bici que es su herramienta de trabajo. Con ella sale a repartir a diario por toda la ciudad, recorriendo decenas de kilómetros para que los burgaleses tengan a tiempo su comida. El pasado miércoles acudió a una llamada al número 14 de la calle del Carmen, en la zona sur de la ciudad. Dejó su transporte dentro del portal sin candado.
Por lo que sea, el ladrón se percató de esta circunstancia y aprovechó que el 'rider' subió a cumplir con su tarea para sustraerla. «Tardé dos minutos, no más. Al bajar, ya no estaba», narra apesadumbrado.
Tras percatarse del robo, salió corriendo para ver si localizaba al caco, pero sus intentos fueron infructuosos. Lo único que se le ocurrió fue comunicarlo por el grupo que comparte con otros repartidores de la misma empresa. Sus compañeros se volcaron y pusieron en marcha la maquinaria para intentar identificarle. También paró a una patrulla de la Policía a la que narró los hechos. Le dijeron que acudiera a denunciarlo y que tratarían de perseguirle, pero nunca supo nada. Al rato, comenzó a llegarle un vídeo de una persona que había localizado al malhechor.
Desde una ventana de la calle San Isidro, en San Pedro y San Felices, fotografiaron y grabaron al presunto ladrón cargado con la bici. Por el comportamiento que se aprecia en las imágenes, todo parece indicar que intentaba guardarla u ocultarla en un domicilio de la zona, que podría ser el suyo. Una vez más, llamaron a la Policía y así consta en los avisos recibidos por la sala de emergencias 112 de Castilla y León, pero según lamentan, no se personó ninguna patrulla y volvieron a perderle de vista.
«Me han hecho buena faena porque ahora tengo que andar con una bici prestada para poder seguir trabajando. Probablemente tenga que comprarme otra porque no puedo estar siempre con ésta», indica apesadumbrado. Espera al menos que, si no la recupera, la Policía dé caza al ladrón,
Suben los robos. El incremento de la delincuencia común no es sólo una sensación de la ciudadanía. La estadística de criminalidad del Ministerio del Interior da la razón a comerciantes y vecinos que ven cómo en los últimos meses hay cada vez más hurtos y robos. Durante el primer trimestre de 2024, se contabilizaron 41 delitos de este tipo con violencia e intimidación, lo que supone un 57,7% más. Algo más estable se mantuvieron los hurtos, aunque de enero a marzo siguieron disparados. Se denunciaron un total de 652. Este tipo de infracciones fueron especialmente numerosas en la capital de la provincia. Responsables de negocios pequeños y también supermercados llevan meses pidiendo más seguridad en las calles y también más contundencia penal a la hora de juzgar estos hechos.