La temporada primavera-verano no evolucionó como se esperaba en el pequeño comercio, que apuntaba a la meteorología como principal causa de esta circunstancia. La estación estival y, por tanto, la rebajas llegaron con los almacenes más llenos de lo previsto, haciendo que los empresarios afrontaran con optimismo la campaña pese a que las temperaturas propias de esta época se han hecho esperar.
Cuatro semanas después de su arranque, los distintos representantes del sector comparten una valoración que sitúa este periodo de descuentos en niveles similares a los del pasado ejercicio, con un mantenimiento de la afluencia de clientes que en algunos casos mejora los resultados de hace un año.
La presidenta de la Federación de Empresarios de Comercio, Consuelo Fontecha, traslada esa opinión generalizada de los asociados, principalmente de aquellos vinculados al sector del equipamiento de la persona, respecto a una campaña «muy parecida» a la de 2023 en lo que al comportamiento del consumo se refiere. En este tiempo transcurrido, remarca que, tal y como viene siendo habitual, se han vivido «unas primeras semanas fuertes» que después han dado paso a una cierta relajación de la actividad en las tiendas, confiando en que el aumento de los termómetros, unido a la cercanía del mes vacacionales por excelencia, posibilite un repunte de las ventas.
Fontecha reconoce que los comerciantes veían con optimismo este periodo 'oficial' de descuentos, teniendo en cuenta que había suficiente género en los establecimientos después de una temporada marcada por una meteorología adversa que frenó la actividad comercial propia de la época primaveral. De hecho, la presidenta de la asociación Centro Burgos, Patricia Gil, pone como ejemplo que el mes de junio llegó «sin hacer cambios de armario», si bien la situación cambió y ahora subraya la afluencia de clientes de lunes a viernes, con horas de mayor actividad como son las últimas de la tarde. «Tenemos material suficiente, variedad y tallaje», sostiene, al tiempo que valora este mes de julio «algo mejor» que el del pasado año, destacando en este punto el impacto del turismo en las tiendas ubicadas en pleno casco histórico o calles más cercanas a la Catedral.
En el otro eje comercial de la ciudad, la percepción de este periodo presenta algún que otro matiz, como es el hecho de que «se ha producido una mayor afluencia de público» a los establecimientos, pero sin que esto se haya traducido en un incremento de las ventas, «que se mantienen como hace un año». El gerente de la asociación Zona G, Borja García, añade además que el arranque resultó más paulatino, sin que el movimiento de clientes se concentrara en las primeras semanas debido, según precisa, a que «el tiempo no acompañó». Sostiene en este sentido que esta semana y la que viene, cuando ya comienzan a verse segundas rebajas, serán «claves» de cara al cierre de esta campaña de ofertas, ya que en este caso el barrio se vacía en agosto y hay comerciantes que aprovechan también para cerrar sus tiendas.