La decisión de la Consejería de Sanidad de prorrogar hasta finales de año las «medidas especiales de ámbito asistencial para la mejora de la accesibilidad y la disminución de las listas de espera en el ámbito de la Atención Primaria y la Atención Hospitalaria» en Sacyl -es decir, las peonadas- de nuevo impide que los centros de salud urbanos (de ciudades) puedan cerrar las tardes de verano, como sí hicieron los de Burgos y Aranda en la pandemia; o, al menos, los meses de julio, agosto y mediados de septiembre del 2021 y del 2022.
Entonces, la Gerencia de Atención Primaria justificó la medida (solicitada por los profesionales para organizar las vacaciones) alegando que la demanda caía en las ciudades «entre un 30% y un 40%» en este período; una afirmación que choca ahora con el parecer de la Consejería de Sanidad, donde consideran que la «dificultad de acceso» a la asistencia ambulatoria no solo obliga a mantener la actividad habitual en verano, sino que avala «el mantenimiento de las medidas especiales sanitarias». Esto es, las peonadas o, como se denomina en la jerga técnica a este procedimiento extraordinario y no exento de polémica, la autoconcertación.
Este mecanismo se reactivó en Castilla y León en 2022 y consiste en la realización voluntaria de actividad 'extra' una vez finalizada la jornada ordinaria. Conlleva una remuneración específica en la nómina, en concepto de productividad, y en importes variables en función de la categoría profesional. En el caso de la Atención Primaria, la horquilla abarca desde los 322 euros que cobra un médico por tarde completa (cuatro horas) hasta los 80 euros de un auxiliar administrativo. La mitad, si la peonada es de dos horas.
(Más información, en la edición impresa de este martes de Diario de Burgos o aquí)