La Xunta de Galicia ha concedido a la Fundación San Antón el Premio Elías Valiña por su labor revitalizadora del Camino de Santiago. Un reconocido galardón de prestigioso internacional que comparte con la francesa Association Bretonne des Amis de Saint Jacques Compostelle Bretagne. Ambas se reparten los 15.000 euros y los que corresponden a la asociación burgalesa ya tienen destino: pagar a la empresa de transportes sobre cuyo autobús escolar cayó una piedra hace tres años procedente del arco de las ruinas del monasterio de Castrojeriz a finales de noviembre de 2021. La indemnización, más las costas y los intereses sobrepasarán los 5.000 euros.
El Juzgado de Primera Instancia de Burgos ha estimado en dos ocasiones la petición de la demandante, Negrete Bus, contra la Fundación San Antón, propietaria de las ruinas, y a la que reclamaba 3.315 euros por los daños causados en el autocar. A la primera sentencia contestaron desde la Fundación con un recurso de apelación alegando, entre otras cuestiones, que «los arcos que sobrevuelan la carretera están apoyados en contrafuertes que se sitúan en la franja de dominio público de la carretera de titularidad provincial», entendiendo que la responsable era la Diputación.
La segunda sentencia, que se ha notificado hace unos días, confirma la primera y no permite más recursos ordinarios, aunque, sin embargo, deja abierta una vía, la del recurso extraordinarios de casación o infracción personal, la que va a seguir la Fundación San Antón. «Ambas sentencias se centran en que hay que indemnizar a la empresa, pero no entran a valorar lo que nosotros planteamos», cuenta Juan Cruz Monje, abogado y vicepresidente de la Fundación, quien afirma que por vía administrativa presentarán una reclamación patrimonial contra la Diputación de Burgos, como titular de la vía.
Esta cuestión ya la han tratado verbalmente con el presidente de la institución provincial, Borja Suárez. «Está abierto a buscar soluciones, nos ha dicho que reclamemos, que no lo va a entender como algo hostil», afirman desde la Fundación, que aseguran que la Diputación es una administración con la que «se puede dialogar» y con la que hay una predisposición de entendimiento. «Lo analizarán sus servicios jurídicos. Nos ha hablado también de la existencia de un seguro», comentan desde la Fundación, que se mantiene gracias a los donativos de los peregrinos a los que atienden en el albergue ubicado en las ruinas.
Carretera bajo el arco. La sentencia no fue el único asunto que se trató en esa reunión entre la Fundación y el presidente de la Diputación, sino «el verdadero problema», que es la carretera que pasa por debajo de las ruinas. «Tenemos informes técnicos que evidencian que la vibración que provocan los vehículos, especialmente los pesados, hace que la argamasa del arco pierda consistencia y poco a poco vayan cayendo piedras. Lo milagroso es que no se haya caído el arco entero», cuentan desde la Fundación, que plantea la construcción de una variante de la carretera como solución.
Por otro lado, hace unos días, concluyeron las obras de consolidación de las ruinas de San Antón, que se han podido acometer gracias a la ayuda de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, que ha destinado 48.000 euros a este fin. Es la segunda actuación en tres años en este mismo elemento arquitectónico, porque inmediatamente después de la caída de la piedra, en diciembre de 2021, el Ayuntamiento de Castrojeriz sufragó una intervención de urgencia.