La fecha de finalización de las obras del nuevo hospital de Aranda de Duero está fijada para mayo de 2027, a lo que habrá que sumar el tiempo necesario para equiparlo. Pero el diseño realizado por el estudio de arquitectura Berna 10 ayuda a los futuros usuarios y trabajadores a conocer cómo será esta instalación sanitaria, moderna y planteada para poder acoger modificaciones para afrontar las necesidades futuras.
La estética exterior del edificio tiene dos elementos destacados: Un gran zócalo se sobresale en la planta baja y las torres donde se ubicará la zona de hospitalización, con un tono marrón que contrasta con la claridad de bloque que las envuelve. «Este proyecto deja atrás esa idea de hospital como elemento monolítico vertical con una única puerta y un único pasillo por donde todo pasa, mezclándose la asistencia sanitaria, para responder a la necesidad de edificios versátiles que puedan adaptarse a los cambios con el paso del tiempo», resalta Natalia Moreno, arquitecta del Servicio de Infraestructuras de la Consejería de Sanidad de la Junta.
Al traspasar sus puertas, el interior del hospital huye del aspecto aséptico de antaño y juega con materiales calidad y luz natural para humanizar la estancia del personal, los pacientes y sus acompañantes. En el mismo vestíbulo principal llama la atención una escalera escultórica y la posibilidad de poner vegetación interior, que se repite a lo largo de todos los espacios comunes. Como es el caso de cafetería que, además, tendrá acceso directo al patio interior del hospital que, en este caso y a diferencia del HUBU, lo podrán utilizar los que acudan al hospital.
Moreno pone el acento en que este hospital «se ha concebido como una pequeña ciudad, con sus edificios conectados y donde la presencia de patios interiores van a integrar la vegetación y la luz al interior». Aunque contará con todas las últimas tecnologías, tanto sanitarias como domóticas, la intención es que sea un edificio muy humano. «Es un hospital fácil de entender, donde los servicios van a ser claramente localizables, teniendo el paciente la sensación de estar en un edificio que puede controlar y donde se puede situar», defiende la arquitecta de la Junta.
Aportación local. Mientras en el tajo se va dando forma a la estructura del edificio, en la zona de oficinas montada a pie de obra se mantienen reuniones semanales en las que participan los arquitectos, ingenieros y jefes de obra del proyecto, con algunos responsables del Hospital de los Santos Reyes que son, en definitiva, los que estrenarán estas instalaciones y trabajarán en ellas. En estas sesiones de trabajo se mira más allá de los planos y se plantean necesidades reales del día a día de la labor hospitalaria, tanto para los sanitarios como para los pacientes.
Fruto de esta cercana colaboración, el proyecto sobre el papel se ha ido enriqueciendo con mejoras. Ejemplo de ello es la incorporación en la entrada principal del nuevo hospital de una gran pérgola que dará sombra al espacio verde y protegerá al edificio en los días de más calor. También se han cambiado las especies arbóreas que estaban previstas porque «nos iban a poner pinos y les dijimos que eso se podía llenar de orugas y de pinazo y las van a cambiar por encinas, más apropiado» comentan. En el plano más técnico, se van a modificar algunas redes de canalización de gases medicinales para que puedan llegar a zonas donde son necesarios. Unos cambios que no serán los últimos, porque este proyecto está vivo.