La timidez de la lluvia y el brillo del asfalto de la prácticamente terminada ruta de la herradura pedían a gritos el contacto de las ruedas. Los ciclistas del Alfoz de Burgos no han querido esperar a la inauguración oficial y se han lanzado contra el viento a recorrer los 15 kilómetros que ya conectan de forma circular la capital con los términos municipales de Cardeñadijo, Carcedo, Castrillo del Val y Cardeñajimeno.
«Parece una autopista», exclamaba Maite en la salida de Cardeñadijo. Iba acompañada de Justo, que compartía su satisfacción con la senda pero cuestionaba la necesidad de incluir bolardos para dividir las dos direcciones de la pista. «Los pilotes son raros, yo creo que no hacen falta, en alguna bajada alguno se los lleva», comentaba. En ese pueblo se cruzan la Vía Verde del Ferrocarril Santander-Mediterráneo, que marca el inicio del recorrido, con esta nueva infraestructura, que serpentea la carretera BU-800 y está compuesta por un carril bici bidireccional y una senda peatonal de 3,50 metros.
El camino discurre por el margen derecho de Cardeñadijo hasta llegar al cruce con la urbanización Cuatro Olmos, donde atraviesa la carretera para acompañarla por el lado izquierdo. En ese punto volaban en tropel los ciclistas del club cardeñés MTB Grajos, que ya habían hecho su evaluación de la vía. «El color de los bolardos es negro, estás todo el rato pendiente de no comerte ninguno», comentaban Gabriel y Alberto, que veían la disposición de los pilotes como una carrera de obstáculos. Sus compañeros Mario y Gustavo advertían que había «zonas muy pegadas a la carretera y para niños da un poco de miedo». El nuevo carril se encuentra parcialmente protegido con vallas de madera, quitamiedos y barreras de hormigón, y está separado de la carretera por un terraplén.
Viandantes y ciclistas se muestran, en general, satisfechos, pero critican la falta de iluminación y la disposición de los bolardos. - Foto: Iván LópezDespués se acerca a la urbanización Valmoral de Carcedo, desde donde acceden a la ruta los vecinos de Modúbar de la Cuesta y Modúbar de la Emparedada. Es el caso de Sebastián, que antes pedaleaba por la Vía Verde y ahora prefiere recorrer la de la Herradura. «Está mejor que la carretera, hoy me he cruzado igual a 20 o 30 personas», alegaba. Según sus vecinos, la zona es segura hasta en las horas más oscuras, ya que los bolardos incluyen reflectantes que «se ven perfectamente con una luz».
Al alcanzar la entrada de Carcedo, el carril se aleja de la carretera para reaparecer al final del pueblo, donde paseaban algunos viandantes con los molinos eólicos como telón. Desde allí, se dirige a las proximidades del Monasterio de San Pedro de Cardeña y comienza la mejor parte para los ciclistas, pero también la más peligrosa para los peatones. Se trata del alto del Carrascal, que cuenta con una bajada donde las bicicletas cogen gran velocidad antes de penetrar en Cardeñajimeno.
Al entrar en la localidad, el asfalto toma color rojizo y apariencia de vía urbana. La zona cercana a las viviendas comprende cierto peligro, ya que las entradas a los garajes y los cruces no cuentan con señalización. Abandonando la población se puede disfrutar del recién reformado paso superior de la carretera AP-1, que tuvo que ampliarse en ambos márgenes para hacer contrapeso. Este tramo de 100 metros no está pintado con marcas viales y está custodiado por dos señales que recomiendan a los ciclistas bajarse de sus bicis. En ese punto del paseo se encontraba Javier, que frecuenta la senda peatonal para ir a misa a Cardeña y dirigirse a las instalaciones deportivas desde la urbanización Fuentes Blancas. «A la gente le agiliza mucho más», aseguraba, aunque consideraba que «si añaden iluminación sería un puntazo, porque la gente que viene un poco tarde se queda descolgada».
La ruta termina (o comienza, según el sentido) en Fuentes Blancas, donde conecta con la vía urbana. Esta obra, que se encuentra en su recta final y ya se puede disfrutar en todo su recorrido, es uno de los siete proyectos de movilidad sostenible de la Junta de Castilla y León y ha estado financiada por los Fondos Europeos Next Generation.