La selección española femenina de balonmano empató (30-30) este domingo ante República Checa en Saint-Étienne (Francia), su último partido de preparación para el Campeonato de Europa que arranca la próxima semana, donde llegará con argumentos y confianza.
Las de Ambros Martín cerraron el torneo de Francia después de ganar el viernes a la anfitriona, una selección francesa vigente campeona del mundo y plata este verano en los Juegos Olímpicos de Paris 2024, y con el broche de un segundo partido competitivo.
Las 'Guerreras' sacaron de nuevo un juego reconocible, con intensidad en defensa y acierto para imponer su ritmo durante varios momentos del partido, ante otro rival de nivel como las checas. Después del bajón de los Juegos, donde se marcharon sin ganar un partido, la renovada selección de Martín debutará el día 28 contra Portugal en el Europeo con motivos para creer en sus opciones.
La imagen de España sin duda es otra, con el optimismo de verse no tan lejos de las mejores selecciones de Europa, como venía sufriendo en los últimos torneos. La puesta a punto para la cita continental, preparadas ya para poner rumbo a Basilea (Suiza), dejó un bonito intercambio de golpes con un fuerte inicio.
Las 'Guerreras' corrigieron esos minutos malos del comienzo ante Francia hace dos días y salieron muy enchufadas a pista desde el primer minuto para tener la iniciativa en el marcador. El combinado nacional inició muy atento en defensa y mordiendo para robar balones y armar serios contragolpes sobre la meta checa.
La seña de la selección se impuso también con el juego de las extremos, manteniendo esa agresividad en defensa. Jennifer Gutiérrez y Ester Somaza fueron una pesadilla para la defensa rival, junto a Anne Erauskin o Lyndie Tchaptchet (16-13).
El segundo tiempo enseñó también la exigencia de partidos a la que necesita acostumbrase España y se notó a las checas con un punto más de intensidad. Pese a las acciones de Tchaptchet, las 'Guerreras' perdieron el control del encuentro e incluso se vieron con dos goles abajo a cinco minutos del final. No se rindió España para cerrar ese empate y el impulso positivo hacia el Europeo.