Es un hecho. Cuatro años después, la urbanización del Parque Tecnológico de Burgos se vuelve a reactivar. En la jornada de ayer representantes de la UTE adjudicataria, de la dirección de obra y de la Junta de Castilla y León firmaron los documentos preceptivos (contratos de seguridad, acta de replanteo...) para que a partir de hoy los operarios vuelvan al tajo a pie de complejo.

El grueso de las acciones iniciales se centrarán en dos flancos distintos: por un lado se trabajará en la construcción del depósito de agua, emplazado en el extremo norte tras una colina, y que dará servicio a todas las compañías instaladas en el futuro. La tierra que se extraiga, ya que irá semienterrado a una profundidad de unos 3 metros, se empleará para conformar los desvíos de varios caminos agrícolas que se verán parcialmente afectados durante los 24 meses que está previsto se prolonguen las obras.

Por otro, se revisarán y repararán todas y cada una de las conexiones, cañerías, tubos o suministros que estén en mal estado. El proyecto de adecuación contempla la reutilización de todos estos servicios que estén en condiciones óptimas, por lo que disponer de unas redes de abastecimiento (luz y agua principalmente) óptimas es crucial para el desarrollo de la obra. Estas labores, vistas las dimensiones de la primera fase del Parque Tecnológico que se adecuará con este contrato -unas 62 hectáreas de terreno- se prolongarán durante todo el 2023.

Al estar parte de la urbanización ya ejecutada (calles, aceras, algunos aparcamientos...) la presencia de grandes máquinas para mover tierra no serán tan necesarias como si se tratara de una obra que arranca desde cero. No obstante, el grueso de la actividad se dejará ver a partir del próximo octubre (...).

(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de este viernes o aquí)