No dice hola por primera vez, con tu voz transparente y tu sonrisa de miel, pero sí llega con la invitación para viajar a un nuevo mundo, sonido Eurovisión, recordaré a Torrebruno, cerca de Shibuya, sensaciones pop, amén de pronosticar la revolución sexual, va a suceder, el verano del amor, sé que va a suceder. El pop de La Casa Azul baila de nuevo en Sonorama Ribera. Dos viejos conocidos se reencuentran encima del escenario.
«Recuerdo el primer Sonorama como de las primeras veces de ser muy consciente de formar parte de algo muy grande. Tengo el recuerdo de estar codeándote con grupos y artistas a los que prácticamente admirabas desde que eras pequeño y, de golpe, decir 'mamá, ha pasado, también formo parte de esto', aunque sea a nuestro nivel, a nuestra manera, con esta carrera sui géneris», traza Guille Milkyway, alma de este proyecto, que ha parado en tres ocasiones a orillas del Duero en agosto.
A la tercera no irá la vencida, porque cada una de las veces en el festival ribereño ha sido definitiva, pero sí sentencia que a este 25 aniversario La Casa Azul llega en su mejor momento de directo. «Somos más músicos que nunca, seis en el escenario, y con una propuesta que se acerca bastante a la idea que siempre tuve y me ha costado mucho tiempo llevar a cabo», destaca antes de abocetar cómo será el concierto del domingo 14 en el Escenario Ribera del Duero.
Repasarán en clave muy festiva una carrera que, curiosamente, también alcanza los 25 años. «Vamos a hacer una retrospectiva de este tiempo. Nos contagiamos de este afán que siempre ha estado en el festival de no poner barreras generacionales ni estilísticas», marca y a la vez confiesa que él no es mucho de vender celebraciones y aniversarios. «No soy de autocelebrarme». Sin embargo, sí se verá esa larga historia en el escenario, donde despliegan «todo lo que el grupo es, ha sido y será».
Será un espectáculo en el que La Casa Azul abra puertas, ventanas y balcones y luzca «esa cosa variopinta que siempre ha sido», con sus grandes éxitos, los más recientes, como Podría ser peor, Nunca nadie pudo volar o El momento, de su último álbum, La gran esfera, y los viejos, algunos sin sonar en directo desde hace tiempo. Enloquecerán los sonorámicos con La revolución sexual. Y con Hoy me has dicho hola por primera vez. Y con Me gustas. Y con...
Nunca ha sentido Milkyway la tentación de esconder las canciones más conocidas del grupo. Al revés. Le gustan, las ha escrito y considera que un festival es el mejor lugar para mostrarlas. «Te ve gente que no es fan, y puedes brindarle un buen momento», observa orgulloso sobre esas creaciones de siempre. «De golpe, tocándolas en directo, uno las redescubres y aprecia matices. Y canciones que pensabas que no significaban nada toman otro sentido, distinto, pero muy veraz, muy real y muy vivo», reflexiona y añade que, de forma sorprendente, en este mundo, en el que todo es cíclico, algunas de esas obras empiezan a significar para gente que ahora tiene la edad de él cuando las compuso. Puede que algunas las bailen en Sonorama.