Los conciertos son, indudablemente, uno de los puntos fuertes de las fiestas de San Pedro y San Pablo. Bien lo saben desde el Ayuntamiento de Burgos, donde cada año reservan una cantidad nada reseñable para este apartado. Del mismo modo, miles de burgaleses abarrotan espacios como el Andén 56 o la plaza de Santa Teresa cada noche al son de los ritmos y melodías que interpretan artistas de todos los registros que llegan hasta la capital castellana. Para que todo salga como está previsto, sin sorpresas desagradables de ningún tipo y con el personal encargado de dar el show contento, la figura de Nacho Santillana es completamente imprescindible.
Este burgalés es el encargado de producir y coordinar todos los espectáculos que alberga cada año el Escenario Céntrico, el más próximo al Museo de la Evolución Humana. Las decenas de automóviles y autobuses que llenan este recinto a diario se transforman estas jornadas en un recinto que nada le tiene que envidiar al de uno de los muchos festivales de música que inundan el panorama cultural durante el verano. Todo lo que ocurre, tanto de puertas para fuera como para dentro, pasa por Santillana. Este trabajador de Producciones Salas es la cara visible que se encarga de controlar lo que rodea a cada actuación y a cada artista. Que no es poco.
"Hago de puente entre los técnicos de cada cantante o grupo y los municipales, entre la hospitalidad que requieren los artistas y la que ofrece el Ayuntamiento", explica. Además de las labores inmateriales, también está al frente del montaje de todo lo que tenga que ver con el escenario, la iluminación o el sonido. "Lo llevo haciendo toda la vida", reconoce. Y es que su experiencia en las fiestas patronales de su ciudad natal se remonta ya casi dos décadas atrás, cuando toda la tecnología y los materiales eran sensiblemente peores que los actuales. "En nuestro sector los avances son prácticamente mensuales", indica. Los equipos de sonido o las mesas son mejores a cada poco tiempo que pasa. Y qué decir de los escenarios: empezaron siendo principalmente de hierro y madera y ahora emplean el sistema de andamiaje Layher, que garantiza seguridad y homologación.
La preparación para los Sampedros no se circunscribe solo a las semanas previas al inicio de estas fiestas, sino que arranca con varios meses de antelación. Desde principios de año son muy recurrentes las reuniones con técnicos del Ayuntamiento para planificar cada detalle y que todo salga según lo previsto. "Normalmente en verano solemos trabajar muchos días fuera, por lo que poder hacerlo en tu ciudad siempre es un gustazo", confiesa Santillana. Sin embargo, poco tiempo logran sacar para poder disfrutar con su familia o amigos. "No suelo ni ver los conciertos. Tienes que estar pendiente de mil historias a la vez y no te da tiempo", admite. De este modo, la única vía de escape para estar un rato con los suyos es el entretiempo entre el final de la prueba de sonido y el inicio del espectáculo. "Como mucho nos da para comernos un bocadillo dentro del recinto, decir cuatro tonterías y relajarnos antes de que empiece", reconoce.
Una mejora continua. Aunque a simple vista el escenario no cambie, con cada artista que pisa el recinto de la plaza de Santa Teresa la disposición de elementos (sonido, luces...) es distinta. De este modo tienen que coordinarse -ahí entra nuestro protagonista en acción- con los técnicos del cantante o grupo en cuestión para adaptar sus preferencias al abanico de posibilidades que se les brinda.
La ubicación actual, la plaza de Santa Teresa, es "óptima", aunque apunta a que si la categoría de los espectáculos sigue al alza (de este año destaca sobre todo a las DJ australianas Nervo y a Raphael), el recinto puede llegar a quedarse pequeño. "Se ve que el Ayuntamiento quiere traer cosas especiales, salirse un poco de la línea de sota, caballo y rey de los últimos tiempos", apunta. Este plus avala, del mismo modo, un incremento en la operativa de la producción de cada concierto. Como novedad, este año la realización incluirá dos pantallas gigantes para seguir desde prácticamente cualquier ángulo cada detalle de las actuaciones. Una se ubicará justo detrás de cada cantante o banda y otra a la altura de la mesa de control. "Cuando aglutinas a mucha gente, el vídeo es una forma de llegar a todos", apunta.
Entre los muchos artistas con los que Nacho Santillana ha trabajado, tiene especial recuerdo a Raphael, con el que este 2024 vuelve a coincidir (esta noche, a las 22 horas). Recuerda que en una actuación hace ya unos cuantos años -2010- el intérprete andaluz se presentó a las 8 de la mañana mientras se montaba el escenario junto al centro comercial Camino de la Plata. "Es la única vez en toda mi vida que me ha pasado", resalta. Tras saludar a todo el staff encargado de dejar listo el recinto, se marchó a su hotel.