El interés por el polígono industrial Prado Marina de Aranda de Duero se ha reactivado en las últimas semanas con un destacado número de operaciones de venta de las parcelas que todavía estaban en manos de Servihabitat. En el último mes y medio «se han comprado todas las que ocupan la zona sur del polígono», confirma Mamen Matesanz, agente en exclusiva de Servihabitat en Aranda. Eso supone todas los terrenos con mayor número de metros cuadrados, entre los 2.500 y los 10.000, y que todavía están sin ocupar.
Junto a estas parcelas, también se han ido adquiriendo las de mil metros cuadrados, que son las de menor tamaño y de las que quedaban muchas en la cartera de la inmobiliaria. «De las 70 que había disponibles, quedan alrededor de 20 y creo que se podrán vender en pocas semanas también», apunta Matesanz.
Esta euforia por la compra de terrenos industriales se ha desatado con una nueva bajada del precio de los terrenos, entre un 3% en las parcelas más pequeñas y un 10% en las de mayores dimensiones. «La gente tenía ganas, siempre ha existido interés por este polígono porque las calles son amplias, se llega bien a los sitios y no hay riesgo de que se pierdan callejeando los proveedores», valora Matesanz, que suma a estas características su ubicación. «Está en un lugar privilegiado por sus conexiones por carretera y un plus a mayores es que tiene el ramal ferroviario, que no lo hay en casi ningún polígono industrial», pone de manifiesto esta circunstancia que facilita la llegada de materia prima.
Detrás de estas operaciones de compraventa de terrenos para construir en el polígono industrial Prado Marina hay empresarios locales, que han visto una oportunidad en la adquisición de estas parcelas.
«Que la gente no espere que se vaya a ver movimiento de construcción nada más comprar las parcelas, son empresarios que quieren trasladarse allí, para ampliar lo que ya tienen o porque estaban de alquiler hasta ahora y quieren tener sus propias instalaciones, pero igual tardan un año o dos en levantar algo en sus parcelas», puntualiza Mamen Matesanz que, desde sus oficinas de Inmoba Aranda, ha gestionado todas estas operaciones y sigue manteniendo contactos con algunos interesados en comprar las que quedan disponibles.
Más allá de la apuesta por el tejido empresarial local por mantener en Aranda su actividad y crecer, la llegada de grandes empresas es una aspiración que, a día de hoy, es difícil de conseguir. «Ha llegado a haber hasta cuatro empresas interesadas, dos de ellas ya se han ubicado en otras ciudades, pero aún hay dos que siguen buscando y que estarían encantadas de asentarse aquí, pero tenemos el mismo problema de siempre: no hay parcela grandes, tanto como estos proyectos necesitarían», recalca Matesanz, ya que precisarían terrenos de 50.000 metros cuadrados o más, de los que la zona industrial arandina carece.
De ahí que empiecen a alzarse voces para conseguir una ampliación del Prado Marina. «Terreno hay, se puede ampliar fácilmente pero eso depende de la apuesta que se quiera hacer por el futuro industrial de la ciudad», comenta la agente inmobiliaria que más terreno de este tipo ha vendido en los últimos meses. De momento, los movimientos se quedan en el ámbito local, gracias al variado y consolidado sector empresarial con el que cuenta la capital ribereña, que incluso atrae a firmas de otros puntos de la comarca.