El Edificio Campo languidece y después de cuatro décadas marcadas por los contenciosos, la inactividad, los tanteos inmobiliarios improductivos y la actuación de la propiedad para salvar las dos últimas plantas, llega el momento de tomar la iniciativa. Así lo asumen los dueños de esta construcción singular una vez aprobadas hace un año la protección urbanística y la modificación del Plan General.
Ese movimiento cambia el tablero e invita a los implicados a abrir la mente en busca de la mejor salida a esa esquina que hace de puerta de entrada a la Plaza Mayor con las agujas de la Catedral al fondo. Posibilidades, como se ha demostrado con el lento paso del tiempo, hay muchas. Hasta hoy, todas infructuosas. Sin embargo, es ahora cuando se dan las condiciones para tomar la iniciativa. «Este es el año de sacarlo adelante, por las circunstancias y las posibilidades», subraya Pedro Hernando, representante de los propietarios.
Los dueños pretenden decidir el futuro uso del edificio antes de que finalice el año. Un planteamiento reforzado con la finalización del contrato de alquiler suscrito con la firma que ocupa actualmente el bajo comercial (lo cual no tiene por qué implicar su cierre).
La idea actual pasa por estudiar todas las alternativas en firme que se presenten en los próximos meses. Incluso, los propietarios adoptarán una postura proactiva y plantean iniciar una ronda de contactos para conocer de primera mano cuál sería el uso más adecuado para uno de los lugares más destacados del centro de la capital.
El Edificio Campo ha manejado diferentes opciones para dar el relevo a los grandes almacenes originales. Su conversión en apartamentos, en un centro turístico de referencia o en una nueva sede de los servicios municipales estuvieron sobre la mesa, pero aquellos intentos nunca cuajaron.
Los responsables del inmueble se muestran tranquilos ante el devenir de los acontecimientos porque perciben el interés de particulares e inversores por hacerse con su gestión y control.Sin embargo, serán ellos quienes decidan su destino una vez dispongan de todos los elementos necesarios para el análisis.
«Queremos hacerlo bien y tomar la decisión a final de este año, pero tampoco tenemos prisa en este proceso», matiza Hernando, para dar margen a consulta no vinculante que servirá para conocer la opinión de la ciudad. Hay varias soluciones a debatir, como son la creación de viviendas, de apartamentos turísticos, de un hotel premium o de una fórmula mixta que dedique la primera planta a la ampliación del local comercial.
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