La historia se repite. Si la transformación de la antigua sede de la Policía Local en un centro de recepción de visitantes costará bastante más de los 2,1 millones de euros previstos, el arreglo del centro cívico Virgen de las Viñas como futura sede de la Universidad de Burgos va por el mismo camino. Así lo avanza el alcalde de Aranda, Antonio Linaje, quien lamenta que en el diseño de ambos proyectos «se utilizó la misma metodología errónea», por lo que se prevé que también en este caso haya que asumir «un sobrecoste importante».
Por ahora, en el Consistorio arandino no conocen la cifra exacta, ya que se encuentran a la espera de recibir el proyecto definitivo, algo que debería producirse en las próximas semanas. Pero Linaje estima que se tratará de una cifra considerablemente superior a los 2.385.515 euros que se habían calculado en el anteproyecto de rehabilitación del centro cívico. De esta cantidad, 1,7 millones proceden de fondos europeos y los 610.000 euros restantes saldrán de las arcas municipales. Sin embargo, al haber empleado unas tablas de precios del Colegio de Arquitectos que estaban desactualizadas, los datos variarán. Sobre todo, porque esos precios no se corresponden con los importes que se manejan ahora en el mercado, máxime teniendo en cuenta que en los últimos ejercicios se han producido subidas de forma constante en el coste de multitud de materiales. «Se equivocaron en la metodología utilizada», resume el regidor.
Según explica Linaje, «en su momento se podría haber pedido más financiación europea, ya que se han sufragado multitud de proyectos más grandes en otras ciudades» y así el Ayuntamiento no tendría que enfrentarse ahora a tantos imprevistos. En cualquier caso, llegados a este punto, en el equipo de gobierno se muestran partidarios de buscar soluciones para sacar adelante la rehabilitación de un edificio que el alcalde define como «un proyecto de futuro», dado que la creación de un campus universitario es una reivindicación en la capital ribereña desde hace décadas. Así, Linaje avanza que afrontarán los sobrecostes con remanentes. «Nos vamos a gastar todos los remanentes en los proyectos con fondos europeos, porque todas las obras arrastran un problema similar. Todo es todo, todas las obras», dice, en referencia no sólo a la Casa de los Maestros, sino también al centro de día de San Juan o a lo sucedido con la piscina cubierta, que se encareció en 500.000 euros.
Si todo marcha según lo previsto, las obras de remodelación del centro cívico Virgen de las Viñas como futuro campus universitario arrancarán a principios de 2025. A partir de ahora estas instalaciones han quedado prácticamente libres para poder realizar catas. Eso implica que los colectivos que hasta ahora tenían su sede en este edificio se tendrán que mudar a otros espacios. Por ejemplo, la ludoteca. Aunque en un principio el equipo de gobierno tenía pensado trasladar este servicio a la sede de la asociación de vecinos del barrio de Santa Catalina, finalmente se han decantado por otro emplazamiento, que Linaje no desvela a la espera de concluir «los últimos trámites administrativos». Sí que confirma que la ludoteca seguirá trabajando en este barrio. Y también los equipos de la Universidad Nacional a Distancia (UNED) se mudarán junto a la ludoteca, pero en este caso, una vez que concluya la reforma del centro cívico Virgen de las Viñas, regresarán «con mejores instalaciones». Igual que Radio Iris 7.
Un aula para 100 personas. En cuanto a las instalaciones como tal, el alcalde arandino avanza que ha habido cambios de calado en su diseño ya que de las tres aulas que en el mandato anterior acordaron asignar a la UBU, ahora «se va a destinar todo el edificio a educación y cultura». Habrá un aula para 100 personas modulable, que se podrá usar como salón de actos y también dividir en otras tres si se requieren más espacios pero más pequeños. Según indica Linaje, «hay demanda de este tipo de espacios, por ejemplo, por parte de la Universidad de la Experiencia, donde dos veces por semana se reúnen en torno a 100 alumnos».
Asimismo, en el edificio, que será bioclimático y se conectará a la red de calor, se contemplan varias salas polivalentes, «una gran biblioteca», espacios de reuniones y aulas con las preinstalaciones de laboratorio, como pidió la UBU, que tiene previsto impartir el grado de Enfermería en Aranda en 2026. En cuanto al exterior, se derribará el muro y se creará una plaza con zonas verdes «para disfrute de estudiantes y vecinos». Esta última cuestión se financiará una parte con cargo al ARU de Santa Catalina y otra con aportación municipal.
Finalmente, en esta «Ciudad de la Educación», como la denomina Linaje, también se analizará la posibilidad de que pueda albergar estudios no universitarios, debido a que algunos centros de FP «ven limitadas sus capacidades de nuevas titulaciones o de acoger más alumnos porque cuentan con un espacio restringido». Pues bien, el Ayuntamiento abordará estas necesidades e intentará alcanzar convenios de cesión de espacios.