Burgos acogerá el próximo fin de semana la Final Four de ascenso a la ACB, pero no será la primera vez que la ciudad se convierta en la sede de un evento de prestigio dentro del baloncesto nacional. Hace ya tres cuartos de siglo, en la primavera de 1948, los Campos del 2 de mayo de la Deportiva Militar fueron testigo de la gran final de la Copa del Generalísimo, conocida hoy como Copa del Rey, entre el Real Madrid y el Juventud de Badalona (ahora Joventut). Un partido que está grabado a fuego en la historia verdinegra por ser su primer título copero y que ayudó a que germinara la pasión por la pelota naranja a las orillas del Arlanzón. «Fue la más bella página baloncestística que podíamos imaginar», relataba Arquero en la crónica de Diario de Burgos.
Aquella tarde del 16 de mayo del '48 se reunieron en la Deportiva Militar las grandes estrellas del momento y brindaron un espectáculo a la altura de una gran final. «Es un acontecimiento de época», se leía en la prensa local. Los míticos hermanos Alonso y Edgar Caprotti, figuras merengues, o Eduardo Kucharski, referente de los catalanes, encandilaron al numeroso público que se dio cita, así como a las autoridades locales y llegadas desde la capital. La entrada para los socios de la Deportiva era gratuita, mientras que para el público en general oscilaba entre las dos y las 10 pesetas, dependiendo de la fila.
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