El triunfo ante el Racing de Santander tuvo un valor para el Burgos CF más allá de los tres puntos. Lo fundamental es que lo devuelve a la pelea por la sexta plaza, pero dentro del vestuario se destaca sobre todo que acaba con una mala racha que ya duraba demasiado.
El equipo llevaba seis jornadas sin ganar, se había quedado seco en su producción ofensiva, y acumulaba 77 días sin vencer en El Plantío, arma fundamental en su rendimiento. El Burgos no vencía ante su público desde el pasado 15 de enero, cuando se impuso por 2-1 al Andorra, idéntico resultado al conseguido el sábado frente al Racing de Santander. Habían sido cuatro citas en el municipal sin lograr el triunfo, con tres empates y una derrota.
Tras ganar en enero al Andorra en la jornada 23 tuvo que afrontar dos salidas consecutivas, con empate en Málaga (1-1) y derrota en Valencia ante el Levante (1-0). Regresó a su estadio en la jornada 26 ante Las Palmas, por entonces líder de la clasificación. El partido acabó sin goles. Siete días después llegó el valioso triunfo ante el Real Oviedo con el gol de Atienza y de nuevo en El Plantío recibió a su rival directo en la lucha por la sexta posición. Un nuevo empate cerró un partido que fue perdiendo mucho tiempo y que salvó gracias a un gol en los últimos minutos.
En Zaragoza sumó un valioso punto, pero de nuevo en casa sufrió una cruel derrota frente al Granada (1-3); y tampoco pudo hacer nada en su visita a Ipurua contra el Eibar (1-0).
La mala racha en casa vivió otro episodio contra el Sporting de Gijón (0-0) y peor le fueron las cosas ante el Ibiza, con un dolorosa 2-0 (...).
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