Lope de Vega (1562-1635) regresaba ayer al Palacio ribereño de la Ventosilla. Lo hacía de la mejor manera posible que es a través de una obra de teatro de su extensa producción literaria. La obra es La Hermosa Fea y se representa dentro de las III Jornadas de Teatro Barroco que se celebran en esta Posada Real. Y decimos que regresaba porque durante su vida estuvo en persona en varias ocasiones en este importante enclave, situado en el término municipal de Gumiel de Mercado.
Por ejemplo Lope de Vega se trasladará con toda la comitiva real en septiembre de 1613, en un momento muy duro para él ya que acaba de enviudar de Juana de Guardo, que había fallecido al dar a la luz a su hija Feliciana. En ese viaje se hace acompañar por la actriz Jerónima de Burgos, que era su amante intermitente desde 1607. Ella estaba casada con el actor y autor de comedias Pedro de Valdés. Lope de Vega tuvo muchas amantes a lo largo de su vida pero esta relación fue una de las que más huella dejó por conservarse muchas de las cartas que se intercambiaron. La comitiva real pasará por Segovia, Aranda, Lerma y Burgos. Un año antes, en 1612, ya había publicado en Valencia la obra Fiestas en la traslación del Santísimo Sacramento a la iglesia mayor de Lerma. Todos estos festejos tenían una gran fastuosidad, incluyéndose representaciones teatrales, bailes, torneos con juegos de cañas, corridas de toros a caballo… Unas semanas después las mismas fiestas de Lerma se repetirán en la finca de la Ventosilla con la misma grandiosidad. Las obras teatrales se representarán en el jardín del palacio. Cuentan las crónicas que Lope de Vega se encargará personalmente de la preparación de los dragones y las serpientes que se emplean en la representación teatral. No sabemos qué obra de teatro se llevaría a escena pero pensamos que podría ser La Hermosura de Angélica (1602), pieza que desarrolla teatralmente algunas de las escenas recogidas en su gran poema épico La Dragontea (1598). En el canto IX figuran los personajes «entre fieras Áspides y Dipsas» y donde vive la mágica Mitilena, que llama a su hija Nereida, que es bruja como su madre. Éstas surcan los mares en la popa de una gigantesca nave, mientras que la madre atraviesa las olas en un carro tirado de monstruos que parecen leones, serpientes y dragones de agua. Al encontrarse con la nave, los marineros quedan admirados al ver: «Los cables y aparejos abrasados / de voladoras Sierpes, y Dragones».
Esta clase de escenas es infrecuente en la obra de Lope de Vega por lo que nos puede llevar a apostar por la representación de esta obra teatral o alguna obra perdida de similares características.
En octubre de 1615 Lope de Vega, ya ordenado sacerdote, acompañó a su señor, el Duque de Sessa, a Irún con la infanta Ana de Austria, y dio escolta de honor hasta Madrid a Isabel de Borbón, la futura esposa de Felipe IV. Lope narró parte de este viaje en su obra La burgalesa de Lerma.
Aranda era lugar de parada obligada en todos los viajes que realizaba la Corte de Madrid hacia el norte. Al regreso Lope de Vega permanecerá varios días en la finca de la Ventosilla, uno de los lugares favoritos para cazar del rey Felipe III, donde solía ir todos los otoños.
De la bravura y buen porte de los venados de la Ventosilla dará buena cuenta Lope de Vega. Quedará reflejado en alguna de sus cartas cuando describe con admiración los ejemplares abatidos por el rey y que habían sido llevados desde la Ventosilla hasta Lerma, donde se encontraba el dramaturgo al escribir esos textos.
La cercanía de la Ventosilla con otros enclaves de la comarca nos hace pensar que Lope de Vega podría pasar por otras localidades de la comarca. En La burgalesa de Lerma hace una referencia a La Aguilera cuando habla de don Diego, heredero de los Zúñiga, de quien dice que es «hijo de Alejandro o César / de aquel gran señor que yace / como águila en la Aguilera».
Por la Ventosilla pasarán muchos de los personajes más importantes de la época. La configuración actual del palacio se debió a la iniciativa del todopoderoso Francisco de Sandoval y Rojas, Primer duque de Lerma. El lugar elegido para la construcción del palacio obedece a situarlo en un entorno natural, rico en bosques y caza. Felipe III quiso comprar este palacio pero su valido, el duque de Lerma, le disuadió dado que el rey siempre podía disponer del palacio sin ser su dueño. La casa de recreo fue construida por el arquitecto real Francisco de Mora a partir de 1602, sobre la ubicación de otra edificación de la época de los Reyes Católicos.
Por la Ventosilla, además de Lope de Vega, han pasado personajes históricos tan ilustres como el literato Francisco de Quevedo, el pintor Rubens y casi toda la Familia Real del momento. La estancia de Pedro Pablo Rubens en la Ventosilla se debió a que necesitaba tomar apuntes y realizar bocetos para el retrato ecuestre del duque de Lerma. Es probable que el ambiente relajado de este lugar privilegiado facilitase la labor creativa de todos estos escritores y artistas.