Los cercanos a la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, contaron en los corrillos de prensa los días posteriores a las elecciones autonómicas en Galicia del 18-F que la líder de Sumar estaba muy afectada por los malos resultados en los comicios. El batacazo de la plataforma que encabeza, que cosechó menos del dos por ciento de los votos, impactó en su ánimo, como revelaron esos estrechos colaboradores, al parecer mucho más de lo que ella misma ya reconoció públicamente al hacer balance de la cita. Como política, y también como gallega, los datos fueron tachados por muchos de desalentadores, y la reflexión de la dirigente fue clara: hay que reimpulsarse.
Con la vista puesta en el corto plazo, el mensaje de Díaz fue entonces que Sumar debe recomponerse y tomar aire de cara a las inminentes elecciones vascas del 21 de abril y las europeas del 9 de junio, aunque a la par remarcó su convicción de que la plataforma de la que es el rostro más visible tiene un plan de futuro y unas líneas estratégicas, que se verán obligadas ahora a acompasarse con la construcción organizativa del proyecto.
La también ministra de Trabajo admitió que el resultado de Sumar el 18-F había sido malo, reconociendo que su formación no había conseguido en esta cita con las urnas el objetivo de propiciar el cambio político en esta comunidad.
De hecho, fue más allá, y recalcó que la izquierda no solo no había cumplido con esa expectativa, sino que el PP había experimentado un crecimiento en términos de votos absolutos. «Lo que indica que no hemos hecho bien las cosas colectivamente y los resultados de Sumar, en Galicia en este caso, no son buenos», ahondó.
Si bien es cierto, Díaz puso rápidamente la mira en el próximo 23 de marzo, cuando se celebrará la primera asamblea constitutiva de su proyecto político. Además, no escatimó en lanzar mensajes de aliento a sus diputados, para pasar página de unos comicios que no está dispuesta a que lastren y condicionen los siguientes.
Con esta actitud, la intención de Díaz era dejar muy claro que «Sumar tiene sentido y futuro» y reivindicar a su partido como garante de la estabilidad de la legislatura, situándolo como «un negociador eficaz capaz de limar asperezas con otros socios de l Gobierno de Pedro Sánchez para que se cumplan los objetivos progresistas». Y en este punto, incidió en la necesidad de combinar la cohesión con el PSOE en el Ejecutivo, pero marcando los aspectos diferenciales con su socio desde una óptica constructiva.
Siguiente reto: Euskadi
En cuanto a cómo encaran las elecciones vascas en su plataforma, la vicepresidenta segunda afirma que sus compañeros en esta comunidad están trabajando ya en los comicios y que no hay la mínima intención de interferir desde Madrid.
Eso después de constatar la imposibilidad de que su proyecto y la formación morada vayan a concurrir juntos, como ya ocurrió en las gallegas. «Ha quedado claro que Unidas Podemos eligió hace tiempo otro camino y que no hay ni opción ni confianza para crear una coalición política con futuro», mantuvo, cerrando la posibilidad de una alianza con el partido que lidera Ione Belarra.
Por su parte, la candidata a lendakari de Elkarrekin Podemos, Miren Gorrotxategi, lamentó que Sumar «hubiera dado por concluida» la posibilidad de ir juntos a estos comicios, después de hacer «todo lo posible y lo imposible» para llegar a un acuerdo, incluso la opción de su renuncia a encabezar una hipotética lista electoral en coalición.
En la plataforma de Díaz venían destacando desde tiempo atrás que la formación tenía que tener su autonomía en la región. Se reafirmaban, además, en su convicción de que el escenario es diferente que en Galicia, ya que existen encuestas que les dan mejores resultados e incidían en que es más fácil entrar en el Parlamento vasco, al estar la barrera electoral en el tres por ciento de los votos.
Ese mantra coincide con el optimismo de la ministra de Trabajo, que asegura que el tirón de su marca en el ámbito estatal se pudo comprobar en las generales, donde fueron claves para revalidar el Gobierno de coalición progresista. Pasa por alto, en esta reflexión la caída en los apoyos recibidos a una confluencia de fuerzas que antes, por separado, tenía mayor representación parlamentaria.
Para Díaz, a nivel territorial no ocurre esto con su plataforma porque no estaba constituida con anterioridad en el espacio autonómico, algo que asegura se va a solventar en el conjunto de las comunidades a partir de la primera asamblea del 23 de este mes. En este sentido, enfatiza que la marca es una variable que influye en los resultados pero no la única, puesto que los comicios gallegos del 18-F demostraron que el arraigo territorial también es necesario.
Se verá en las próximas elecciones si la teoría de la vicepresidenta es acertada o, por contra, su proyecto se desmorona como un castillo de arena. Tiene pocas semanas para rearmarlo, y blindarlo de cara a unas citas que, en su caso, serán la clave para dejar de restar y empezar a sumar en las regiones.