Miranda tiene una calle llamada Ciudad de Vierzon. Está en la zona del conocido como PR-I, lindando con el parque Antonio Cabezón y el centro de salud Miranda Este, y va de Anduva al barrio de La Charca. ¿Pero cuántos saben el motivo de este nombre en el callejero local? Lo cierto es que no muchos. Para conocerlo hay que retroceder 20 años, cuando la ciudad de Miranda se hermanaba con villa francesa de Vierzon, culminando en mayo de 1992 la firma de un documento de hermanamiento que entre otras muchas cosas comprometía a ambos ayuntamientos a «mantener lazos permanentes».
Cuando se cumple el 20 aniversario de ese gesto de acercamiento y unión, apenas nada queda ya de ello, y aunque en los años anteriores y posteriores al hermanamiento Miranda y Vierzon estuvieron realmente unidas, las sucesivas administraciones locales no han mantenido el impulso inicial que en Miranda dio el alcalde Julián Simón Romanillos (ya fallecido) y en la localidad francesa su homólogo Jean Rousseau.
Pero como se dice: ‘Fue bonito mientras duró’, y lo cierto es que regresando al pasado merece la pena recordar cómo se fraguó y qué actividades motivó este gesto de hermanamiento que hoy solo se recuerda en una calle y en una placa en la fachada del ayuntamiento.
En el hermanamiento el ferrocarril jugó un papel esencial. Y es que Vierzon, como Miranda, es un nudo de comunicaciones ferroviarias muy importante, en el que confluyen varias líneas del trazado férreo francés. Allí, tras la Guerra Civil española, en busca de trabajo y huyendo del franquismo, llegaron bastantes trabajadores de Renfe, que encontraron empleo en la SNCF, la compañía nacional de los ferrocarriles franceses. Igualmente surgió la Asociación Amicale, que congregaba a muchos de esos inmigrantes españoles.
Creciente Europa
Un nexo de unión que fue fortaleciéndose, y amparado por el movimiento europeo de hermanamiento que por la época existía (Vierzon está hermanada con otras 12 ciudades de todo el mundo), generó las primeras visitas de unos y otros representantes municipales.
A la base de la mutua vinculación con el ferrocarril, se unieron otras similitudes, como la parecida cifra de población, el carácter industrial de ambas ciudades, el origen medieval de las dos villas o la existencia de grandes ríos en ambos casos que marcaban el trazado urbanístico de Vierzon y Miranda.
Y el sábado 9 de mayo de 1992 Miranda acogía el acto oficial del hermanamiento. «En este día sellamos el solemne compromiso de mantener lazos permanentes entre los ayuntamientos de ambas ciudades, de favorecer intercambios entre sus habitantes en todos los ámbitos para desarrollar, a través de la comprensión mutua, el sentimiento vivo de la fraternidad europea y de la solidaridad universal...», rezaba parte del documento que en el Salón de Plenos firmaron Romanillos y Rosseau.
Actuaciones de grupos folclóricos, corales y musicales de la ciudad acompañaron un acto que luego se ramificó en diversas actividades durante los meses siguientes. Visitas hubo en ambas direcciones, desde la participación de un centenar de deportistas mirandeses en los juegos deportivos de la localidad francesa, hasta la presencia de un nutrido grupo de empresarios de Vierzon en Miranda, encuentro del que incluso salieron algunos contratos comerciales entre firmas de uno y otro país.
Del otro lado, Miranda fuenombrada en 1993 la ciudad invitada a la importante Feria Exposición Nacional que la villa celebraba desde hace casi 50 años. Una notable delegación mirandesa participó en los actos.
Un stand
Se levantó un stand sobre Miranda, viajaron representantes empresariales, se editaron diversos folletos, se llevaron productos de la gastronomía local y hasta los grupos Jacinto Sarmiento y la Dolphin Blues Band actuaron con notable éxito en la importante cita francesa. «Nuestra cultura, nuestras expectativas, nuestra experiencia individual y colectiva crecen al contacto con los otros cuando esta relación está presidida por la buena voluntad», dijo en la villa francesa el alcalde mirandés en su discurso.
Y hasta aquí (al margen de alguna otra participación a nivel deportivo y cultural en citas vierzonesas) llega la experiencia, que posteriormente se fue enfriando alejándose la relación entre ambas ciudades, que apenas han mantenido a posteriori contacto alguno, ni parece ser que por el momento se vaya a retomar aprovechando el cumplimiento del 20 aniversario de ese hermanamiento. En 1994, un acto recordó que Miranda y Vierzon estaban hermanadas, la concesión de la Estrella de Oro de Europa a Miranda por esta iniciativa europeísta.
Ambas ciudades han seguido su curso desde entonces, apenas sabiendo la una de la otra, y solo algunos ciudadanos a nivel individual mantienen un mínimo contacto con sus ‘hermanos’ de Vierzon. Vierzon, ciudad industrial, ha visto cómo la actividad en el sector ha ido cayendo, en paralelo a su importancia como núcleo ferroviario, por lo que no ha dejado de trabajar en potenciar otras de sus virtudes, como el turismo, con un amplio programa de actividades y centros culturales y museísticos.
Del hermanamiento apenas en su página web (como en la de Miranda) se hace una referencia, mezclada entre las otras que se hacen a las 12 ciudades más con las que la villa está hermanada.