El poderío industrial que atesora la provincia en su conjunto, con multitud de grandes multinacionales y centenares de empresas auxiliares prestando sus servicios, es garantía de una tasa de paro baja. Así se viene demostrando en los últimos tiempos, en los que Burgos siempre se ha posicionado como uno de los territorios con menor porcentaje de población activa en búsqueda de un trabajo. Actualmente son el 6,94% del total, el cuarto volumen más reducido del territorio nacional.

Estos dos factores, especialmente la alta proporción de afiliados en la industria, permiten que el empleo irregular registre uno de sus niveles más bajos en los últimos tiempos. Tomando los datos de burgaleses ocupados a cierre del segundo trimestre y cruzándolos con los afiliados que registró la Seguridad Social en junio de este año se observa que son alrededor de dos millares los trabajadores al margen de la ley, apenas un 1% sobre el total.

«Registrar una tasa de paro alta es sinónimo de una economía sumergida importante», explica Carlos Cruzado, presidente del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha). Ahondando en el caso de la provincia, la relevancia de la industria en el PIB y el mercado laboral, muy superior a otros territorios donde abundan más actividades como la agricultura o los servicios, ayudan a que Burgos ahuyente el empleo informal. «Las regiones más industrializadas, como es el caso de esta provincia (Burgos), apuntan a niveles de economía sumergida menores que en otras», admite Cruzado.

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