Emoción hasta el último metro

R.M. / Burgos
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La Vuelta a Burgos se decidió por cinco segundos e incluso en la etapa final hubo incertidumbre. Convivieron jóvenes talentos y viejos rockeros

Sepp Kuss consiguió ventaja suficiente en Las Lagunas de Neila para llevarse el triunfo definitivo. - Foto: Valdivielso

La 46ª edición de la Vuelta a Burgos ya es historia y Sepp Kuss ha inscrito su nombre en el palmarés de la ronda castellana. Otro ilustre se une a la lista de ganadores y toma el testigo de Primoz Roglic, su compañero hasta el año pasado en el Visma. La emoción ha sido protagonista en la carrera hasta los últimos metros.La organización quiso darle un giro al recorrido para buscar algo diferente y lo consiguió. La diferencia que ha habido entre Kuss y Max Poole, una de las sorpresas agradables, ha sido solo de cinco segundos e incluso en el tramo final de la jornada que acabó en Treviño el líder del Visma tuvo que responder en primera persona cuando el DSM preparaba el esprint para Pavel Bittner.

El velocista checo ha sido otro de los nombres propios. Nadie contaba con él en el inicio cuando en la lista de participantes se encontraban corredores como CalebEwan, Giacomo Nizzolo o Iván García Cortina.Sin embargo el corredor del DSM ha estado un escalón por encima de todos. Ganó la primera y la última etapa y se llevó el maillot de la regularidad.

Uno de los aspectos que ha caracterizado a esta ronda ha sido esa convivencia entre viejos rockeros como  Ewan, que ganó la etapa de Ojo Guareña, Kuss y compañía, que tienen ya un importante palmarés, junto a nombre que llegan pegando fuerte como Poole y Bittner.El DSM ha sido el gran animador de la ronda y uno de los equipos más fuertes, aunque la clasificación por escuadras fue para el Visma, que supo arropar a Kuss cuando lo necesitó.

Lo negativo llegó en forma de caída masiva en la segunda jornada en una tramo de la etapa en el que, a priori no había peligro. La montonera hizo que hombres como Damiano Caruso o Tao Geoghegan Hart, dos de los favoritos para luchar por el maillot morado, se tuvieran que retirar. Otros como Nairo Quintana dieron una lección de pundonor y aguantaron hasta el final.El colombiano de Movistar corrió las tres últimas etapas con múltiples abrasiones por todo su cuerpo.