El misterio de las lagunas de Neila

R.P.B.
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Las fugas registradas en las lagunas se explican desde su condición artificial, cuando se transformaron para su uso turístico y de pesca

Laguna de los Patos - Foto: F2 Estudio Rebeca Ruiz

El Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila ha vuelto a ser noticia tras la alarma provocada por la pérdida por fugas de la Laguna de los Patos, algo que viene sucediéndose en los últimos años y que preocupa tanto a los gestores de este espacio natural como al Servicio Territorial de Medio Ambiente. Sin embargo, esta realidad no debería extrañar. Y tiene una explicación. Desde la Asociación Geocientífica de Burgos recuerdan que las lagunas de Neila, si bien tienen un origen glaciar, no son naturales. En el informe ‘Restauración de paisajes y espacios degradados’ realizado por este colectivo tras unos encuentros sobre geología celebrados en Burgos en 2016 se recuerda que entre 1969 y 1972 se desarrolló el proyecto de transformación del complejo glaciar para su uso turístico y de pesca intensiva.

Esto implicó, entre otras cuestiones, la alteración de morrenas [acumulación de piedras, barro y sedimentos que acumula un glaciar], creación de diques y construcción de caminos en un entorno hasta entonces muy poco transitado. 
"Se construyeron diques de cierre en todas las lagunas sobre las morrenas, destacando, por sus dimensiones, el correspondiente a la Laguna Corta. Se construyó asimismo una red de carreteras que permitía el acceso en vehículo a todas las lagunas. Finalmente, las lagunas fueron convertidas en cotos intensivos de pesca, que con el tiempo adquirieron gran demanda. Estas actuaciones fueron exitosas en sus fines dentro del contexto desarrollista de la época, si bien tuvieron un claro efecto negativo desde el punto de vista ecológico", señalan en el informe. Asimismo, recoge que que prácticamente desde la puesta en carga de los diques, "pero de manera más acusada durante los años 90 del pasado siglo, se vinieron registrando filtraciones", especialmente en Laguna Larga y Laguna de la Cascada.


Ante esa tesitura, se barajó tomar medidas: o consolidar y reforzar los diques o llevar a cabo una intervención para renaturalizar la zona. La segunda alternativa fue la elegida finalmente. "Realmente era la opción más arriesgada, ya que suponía eliminar el acceso rodado a todo el complejo y prescindir de los demandados cotos intensivos de pesca. Es decir, transformar un modelo que había demostrado una gran aceptación social por otro, cuya piedra angular sería la puesta en valor del medio natural. Las actuaciones finalmente ejecutadas fueron propuestas en un documento técnico elaborado en 1998".


obras de restauración. La Asociación Geocientífica de Burgos realiza en el citado informe un detallado análisis de las obras de restauración de las lagunas que se han llevado a cabo hasta la actualidad. "El riesgo de colapso de algunos diques artificiales, la inestabilidad del talud junto al antiguo refugio y el deseo de proceder a la naturalización de un paisaje de modelado glaciar, obligó a acometer obras durante 2001 y 2002, que fueron declaradas de emergencia el 10 de mayo de 2001, comenzándose las obras 5 días después. En estas obras se eliminó completamente el dique de la Laguna Corta, se rebajaron los correspondientes a las lagunas Larga y de la Cascada, se demolió el refugio-bar y se terraplenó todo el antiguo desmonte sobre el que se ubicaba".


Desde el punto de vista técnico, la labor más delicada, indican en el informe fue precisamente la estabilización del talud por el gran volumen de material que se debía aportar. "Ello obligó a ejecutar una serie de drenajes interiores en el talud para reducir en lo posible su carga hídrica y por tanto la posibilidad de deslizamiento. Adicionalmente se realizó una zanja de drenaje en coronación para evitar la hidratación del talud por la escorrentía superficial. Con el objeto de reducir la erosión superficial el talud se recubrió de malla de yute. La hidrosiembra realizada y la progresiva invasión de las especies propias de la zona consiguieron en poco tiempo una buena integración paisajística. El talud aguas abajo del principal presenta una mayor pendiente y hubo que fijarlo mediante malla metálica y tabliestacado de madera, que han evitado movimientos en masa".


Asimismo, se eliminaron las carreteras interiores, construyendo alternativamente caminos que permitieran al público el acceso a pie. Y se colocaron talanqueras de madera en las zonas de paso más estrechas para mejorar la seguridad. "En las zonas con aportes de materiales inertes procedentes del desmontaje de los diques fuera del talud se realizaron siembras y plantaciones con aportes de materia orgánica para acelerar su revegetación. Evidentemente, la presencia de humedad permanente en toda la zona juega a favor de una integración rápida de la obra, al menos desde el punto de vista perceptual".


A modo de conclusión, desde la Asociación Geocientífica de Burgos que la evolución de las zonas restauradas ha sido, en estos casi veinte años, "aceptable e incluso se puede catalogar de exitosa en buena parte de la intervención. Especialmente en lo que se refiere a los cierres de Laguna Negra, Laguna de la Cascada y recuperación integral del área de Laguna Corta". Si bien recogen peros: "Se advierte la falta de proyecto en las Lagunas Brava y Los Patos, con actuaciones interrumpidas y aspecto de cierto abandono. Le falta conexión con el resto del área y emana cierto aspecto de ‘patio trasero’, con cierta impronta de lo dejado ‘a medias’. Sería deseable una revisión rigurosa al respecto", indicaban. Y es precisamente ahí, en estos puntos, en los que está trabajando Medio Ambiente.