Nadie quiere tener bares de copas, discotecas o pubs cerca de sus casas por las molestias y el ruido que provocan, aunque a todos nos gusta tomar unas cañas en su interior o en sus terrazas o exteriores cuando el tiempo lo permite o escuchar música y bailar en horario nocturno. Ocio y descanso están obligados a convivir mediante una regulación. Cuatro meses después del cambio normativo aprobado por la Junta de Castilla y León para elevar el límite de decibelios que pueden emitir los bares, el Ayuntamiento ha encargado un estudio acústico para revisar las zonas saturadas de la ciudad, que no se han actualizado desde 2013 y han podido quedarse obsoletas al cambiar los hábitos de ocio nocturno.
El contrato acaba de salir a concurso por 10.000 euros y un plazo de ejecución de dos meses. El objetivo es volver a realizar mediciones in situ para determinar si los entornos de Las Llanas y de las Bernardas deben seguir bajo esa clasificación o si ha habido cambios en los niveles sonoros ambientales en esas zonas, tal y como contempla el artículo 49 de la Ley 5/2009 del Ruido de Castilla y León. En función de los resultados que se obtengan podrá declararse el cese del régimen aplicable a las zonas acústicamente saturadas (ZAS). «Era necesario hacer un nuevo estudio para ver si ha variado, dado que hay bares que han variado de ocio nocturno a bares de pinchos», señaló el concejal Josué Temiño.
La empresa que resulte adjudicataria deberá hacer un plano de la zona afectada en el que se incluyan los establecimientos existentes, indicando las mediciones de las fachadas, puertas y ventanas y el tipo de licencia y horario que tengan. También realizar mediciones del sonido de manera continua (día, tarde y noche) para ver si están en los valores límites y tomar medidas en al menos nueve puntos de la zona ubicados a cuatro metros de altura o en los balcones y ventanas de las viviendas 15 días seguidos.
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